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La 'crueldad' de las salidas en falso en los Juegos Olímpicos

Las salidas en falso han provocado las lágrimas de varios atletas que tocaban la medalla con la punta de los dedos. Aunque a veces verse descalificado por apenas unas centésimas de segundo pueda parecer injusto, hay todo un sistema electrónico que en eventos de gran envergadura, como son los Juegos de Río, salvaguardan la integridad del evento. Según aparece en el reglamento “un atleta, después de haber tomado la plena y definitiva posición de salida, no iniciará su salida hasta después del disparo de pistola. Si, a juicio del juez de salidas o del/ los adjunto (s) del juez de salidas, lo hace antes, se considerará que ha realizado una salida falsa”. Además, durante los Juegos Olímpicos, no existe lugar a dudas: sensores y dispositivos electrónicos miden al milímetro la salida de cada participante relegando a los jueces la mera comunicación de los resultados. Entre otros atletas que han sufrido las consecuencias de su impaciencia por salir a competir, el puertoriqueño Javier Culson ha sido descalificado hoy en la final de 400 metros vallas por haber salido una fracción inferior a los 0.100 segundos antes. Una vez terminada la carrera, cuando el juez se le acercó para comunicarle su decisión, el atleta de 32 años se agachó llevándose las manos a los ojos para esconder sus lágrimas.

La ‘crueldad’ de las salidas en falso en los Juegos Olímpicos

Reuters

Durante los Juegos de Río 2016 varios deportistas han sido descalificados por haber empezado una competición décimas de segundo antes de lo establecido. El férreo reglamento olímpico no permite errores, pero puede que esta norma, que afectó incluso al mismísimo Usain Bolt en 2010, sea una de las más crueles para los deportistas olímpicos, que ven cómo su oportunidad de obtener su merecida recompensa tras años de esfuerzo y dedicación, se desvanece en menos de un segundo.

Las salidas en falso han provocado las lágrimas de varios atletas que tocaban la medalla con la punta de los dedos. Aunque a veces verse descalificado por apenas unas centésimas de segundo pueda parecer injusto, hay todo un sistema electrónico que en eventos de gran envergadura, como son los Juegos de Río, salvaguardan la integridad del evento. Según aparece en el reglamento “un atleta, después de haber tomado la plena y definitiva posición de salida, no iniciará su salida hasta después del disparo de pistola. Si, a juicio del juez de salidas o del/ los adjunto (s) del juez de salidas, lo hace antes, se considerará que ha realizado una salida falsa”. Además, durante los Juegos Olímpicos, no existe lugar a dudas: sensores y dispositivos electrónicos miden al milímetro la salida de cada participante relegando a los jueces la mera comunicación de los resultados. Entre otros atletas que han sufrido las consecuencias de su impaciencia por salir a competir, el puertoriqueño Javier Culson ha sido descalificado hoy en la final de 400 metros vallas por haber salido una fracción inferior a los 0.100 segundos antes. Una vez terminada la carrera, cuando el juez se le acercó para comunicarle su decisión, el atleta de 32 años se agachó llevándose las manos a los ojos para esconder sus lágrimas.

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