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La Justicia alemana acusa de 97 homicidios más al peor asesino en serie de su historia

El enfermero alemán, Niels Högel, que cumple una condena perpetua por matar a seis pacientes del hospital con drogas letales, enfrentará un juicio por otros 97 asesinatos, informan los fiscales. 

La Justicia alemana acusa de 97 homicidios más al peor asesino en serie de su historia

El enfermero alemán, Niels Högel, que cumple una condena perpetua por matar a seis pacientes del hospital con drogas letales, enfrentará un juicio por otros 97 asesinatos, informan los fiscales. Se espera que el tercer juicio de Niels Högel, de 41 años, acusado de ser “el peor asesino en serie en la historia de la posguerra alemana”, comience este año, ha señalado a la AFP un portavoz de la corte en la ciudad norteña de Oldenburg.

En noviembre pasado, se dio a conocer que Högel era sospechoso de haber provocado 106 muertes de pacientes. El saldo podría incluso aumentar, porque todavía se están llevando a cabo análisis toxicológicos para otros cinco casos en Alemania. Asimismo, un portavoz de la fiscalía precisó a la AFP que una «exhumación había sido solicitada a las autoridades turcas en tres casos». Estas personas, fallecidas en Alemania, fueron enterradas en Turquía.

A finales de agosto del año pasado, los investigadores anunciaron que este enfermero, condenado a cadena perpetua en 2015, era sospechoso de haber matado a al menos 90 pacientes, y quizás el doble. El jefe de la investigación, Arne Schmidt, consideró este caso «único en la historia de la República Federal». Es «horroroso, sobrepasa lo imaginable», añadió Johann Kühme, jefe policial de Oldenbourg.

Niels Högel, de 41 años, cometió la mayoría de los asesinatos utilizando sobredosis de medicamentos inyectadas mientras los pacientes estaban en reanimación, principalmente en dos hospitales, en Delmenhorst y Oldenburgo. Trabajó en estos dos centros médicos entre 1999 y 2005.

No tenía «preferencias» de edad o de sexo para escoger a sus víctimas sino que «prefería a los pacientes que se hallaban en un estado muy crítico», explicó Schmidt.

El enfermero ya había sido condenado por dos asesinatos y cuatro tentativas, en las que los pacientes acabaron falleciendo. El caso estalló en 2005, cuando Högel fue sorprendido por una colega dando una inyección que no estaba prevista a un paciente en la clínica de Delmenhorst, lo que le valió en 2008 su primera condena por intento de homicidio.

Según las declaraciones del enfermero, lo hacía para demostrar que era capaz de reanimar a un paciente al borde de la muerte. Su único motivo: «el aburrimiento». El caso demuestra también los errores de control en las dos clínicas en las que el enfermero trabajó. Aunque las muertes de los pacientes ocurrían a menudo cuando Niels Hogel estaba de servicio, ningún mecanismo interno de alerta se activó. En Alemania han ocurrido casos semejantes en etapas recientes. En 2006 Stephan Letter, otro enfermero, fue condenado a cadena perpetua tras haber matado a 28 enfermos en Baviera. Un año antes una enfermera del prestigioso Hospital de la Caridad, en Berlín, también fue condenada a cadena perpetua tras suministrar sobredosis a cinco pacientes, informa Afp.

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