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La lluvia ensombrece el final de la Madrugá en un Viernes Santo marcado por las procesiones

El clima había respetado las procesiones de Jueves Santo en todo el país y aunque las temperaturas cayeron con el paso de las horas, todas las hermandades salieron según lo previsto, con especial protagonismo para la Madrugá de Sevilla, donde todo transcurrió sin incidentes durante toda la noche y en medio de unas estrictas medidas de seguridad, hasta las primeras horas de la mañana de Viernes Santo cuando la lluvia ha hecho acto de presencia

La lluvia ensombrece el final de la Madrugá en un Viernes Santo marcado por las procesiones

Reuters

El clima había respetado las procesiones de Jueves Santo en todo el país y todas las hermandades salieron según lo previsto, con especial protagonismo para la Madrugá de Sevilla, donde todo transcurrió sin incidentes en medio de unas estrictas medidas de seguridad, hasta las primeras horas de la mañana del Viernes Santo cuando la lluvia ha hecho acto de presencia y ha obligado a varias cofradías a refugiarse temporalmente en la Catedral o en otros templos. Una lluvia que estará presente durante gran parte del Viernes Santo cuando la mayoría de las ciudades españolas celebran su día grande.

La Hermandad de la Esperanza de Triana, una de las más admiradas, ha optado por acortar el recorrido con las primeras horas del día, tras resguardarse en la catedral hasta que ha amainado la lluvia, al igual que han hecho otras hermandades menores. Una fina lluvia que no ha impedido a la Macarena continuar su recorrido.

Pasada la medianoche comenzó la Madrugá en Sevilla, la más esperada y seguida por devotos y turistas, la noche grande de la Semana Santa, que se ha celebrado con emoción y respeto, recuperando así la normalidad de la pasada edición empañada por una estampida que provocó un centenar de heridos.

Con unos 9 grados de temperatura, la salida a medianoche de la cruz de guía de la Macarena marcó el comienzo de la Madrugá de pasión, con miles de personas situadas ante la basílica.

Los más de 3.000 nazarenos de esta cofradía salieron del templo, y pasaron bajo su histórico arco, con dirección al centro de la ciudad.

Unas dos horas más tarde, sobre las 3.34 horas, se produjo un conato de carreras en el cruce de las calles Reyes Católicos y Marqués de Paradas que duró unos segundos y fue controlado por la intervención de los agentes y la colaboración ciudadana. Hay varias personas identificadas como posibles causantes y se investigan los hechos.

En total seis hermandades hacen cada año en la Madrugá su estación de penitencia, con más de 12.000 nazarenos entre todas ellas, 12 pasos, 433 costaleros y nueve bandas, que recorren unos 24 kilómetros discurriendo por 149 calles de la capital andaluza.

Previamente, las hermandades del Gran Poder y la Macarena revivieron el rito que tiene su origen en 1776, y que hace que la primera tenga prioridad para entrar en la Carrera Oficial de la Semana Santa, siempre que la segunda se lo conceda.

Se trata de una iniciativa que tiene su origen en el citado año, cuando la Cofradía de la Sentencia cedió ante la del Gran Poder para que esta última entrara antes que ella en la Catedral de Sevilla, aunque con la premisa de tener que pedirle permiso a la Macarena.

Cinco hermanos del Gran Poder llegaron a la Basílica de la Macarena poco antes de las 23:00 horas y, a puerta cerrada, pidieron la venia para pasar por delante de la Macarena a la Carrera Oficial, lo que se produjo con un abrazo entre los nazarenos de ambas cofradías.

Con la Macarena en la calle, después comenzaron a procesionar las no menos populares y sobrias cofradías del Gran Poder y El Silencio, a las que siguieron la Esperanza de Triana -la reina del barrio con su lluvia de pétalos-, Los Gitanos y finalmente El Calvario, en una Madrugá llena de emoción y respeto a las imágenes.

Ajena a incidentes como los del pasado año, la «noche sevillana más hermosa«, como toda la Semana Santa 2018, ha estado blindada como nunca antes en su historia, y para impedir avalanchas y situaciones de pánico como en el 2017 o el 2000, se ha puesto en marcha un plan de seguridad basado en la inteligencia artificial, además de un importante refuerzo policial.

Entre otras medidas, incluye mecanismos para controlar la afluencia de personas con un sistema de videovigilancia de un centenar de cámaras por las principales calles y puntos de paso de las hermandades, que detectan el aforo y si se producen avalanchas o estampidas.

Al dispositivo de cámaras se suma otro sistema de iluminación que permite dejar las luces atenuadas mientras pasa las cofradías para aumentar su potencia si se producen incidentes.

La Hermandad del Silencio ha sido la primera en concluir su recorrido, mientras que las últimas cofradías de la Madrugá sevillana, como la Macarena, la Esperanza de Triana y los Gitanos, se espera que acaben entre las 13.00 y las 14.00 horas como es tradición.

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Penitentes cargan con la cruz durante la procesión de la hermandad de la Santa Veracruz en Calahorra, La Rioja. | Foto: Alvaro Barrientos / AP

La anécdota del Jueves Santo se produjo en Madrid cuando se rompió la cruz que porta la talla de Cristo de la Hermandad de Jesús del Gran Poder y María Santísima de la Esperanza Macarena,  tras chocar contra un semáforo a su paso por la calle Toledo.

Por lo demás, el Viernes Santo es el día grande de las procesiones, con los pasos de la Soledad y el Santo Entierro como protagonistas, algunas de las cuales están declaradas de interés turístico internacional, como son las de Cáceres, Cartagena, Cuenca, Ferrol, Granada, León, Salamanca, Sevilla, Valladolid, entre otras.

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