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Refugiados de Nigeria acusan a funcionarios de robar la ayuda humanitaria

La comunidad internacional califica la situación del noroeste de Nigeria por culpa de la violencia de Boko Haram de «catástrofe humanitaria». El drama de las cifras (más de dos millones y medio de desplazados internos, 800.000 de los cuales necesitan asistencia humanitaria urgente) se suma al drama de los hechos denunciados por cientos de refugiados, que demandan más ayuda y acusan a las autoridades de robar parte de los alimentos proporcionados por las organizaciones internacionales. Testimonios de residentes de Farm Centre Camp, a las afueras de Maidiguri, aseguran que no habían recibido ningún alimento desde hacía más de un mes. La desesperación pudo escenificarse esta semana cuando cientos de mujeres bloquearon la carretera principal que va de Maidiguri a la ciudad de Kano durante cinco horas, gritando que sus hijos se estaban muriendo de hambre y no tenían agua potable con temperaturas por encima de los 40 grados. «No nos dan comida buena. La calidad es mala. La mayoría de los paquetes de comida se los quedan los funcionarios, que los venden para ganar dinero», ha contado Aisha Ali, una de los manifestantes. Las ONG denuncian que «la mayoría de los campamentos se han convertido en centros del hambre, la desnutrición y las enfermedades transmisibles». Médicos Sin Fronteras denuncia que del 10 al 25 por ciento de los niños en un centro de alimentación de 110 camas están muriendo. El gobernador del estado de Borno, Usman Durkwa, ha anunciado que ha suspendido al Comité de Alimentos para que sea investigado en relación con las supuestas acusaciones hechas por los manifestantes. También ha dicho que enviará en breves dos convoyes para que distribuyan comida directamente entre los más necesitados. Aunque el Ejército nigeriano, con ayuda de las fuerzas de seguridad de Chad y Camerún, ha conseguido recuperar la inmensa mayoría del territorio que los milicianos yihadistas de Boko Haram habían conquistado en el noroeste de Nigeria, la insurgencia ha acabado por desencadenar una crisis humanitaria regional que afecta a los tres países con los que comparte la Cuenca del Lago Chad, con desplazados internos en Camerún, Chad y Níger.

Refugiados de Nigeria acusan a funcionarios de robar la ayuda humanitaria

Se mueren de hambre. Les falta comida, pero además es que la que llega se la reparten entre los funcionarios para hacer negocio. Decenas de niños que malviven en campos de refugiados de Nigeria, como el de la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno, están muriendo de inanición porque los alimentos procedentes de la ayuda humanitaria no están siendo distribuidos por las autoridades.

La comunidad internacional califica la situación del noroeste de Nigeria por culpa de la violencia de Boko Haram de «catástrofe humanitaria». El drama de las cifras (más de dos millones y medio de desplazados internos, 800.000 de los cuales necesitan asistencia humanitaria urgente) se suma al drama de los hechos denunciados por cientos de refugiados, que demandan más ayuda y acusan a las autoridades de robar parte de los alimentos proporcionados por las organizaciones internacionales. Testimonios de residentes de Farm Centre Camp, a las afueras de Maidiguri, aseguran que no habían recibido ningún alimento desde hacía más de un mes. La desesperación pudo escenificarse esta semana cuando cientos de mujeres bloquearon la carretera principal que va de Maidiguri a la ciudad de Kano durante cinco horas, gritando que sus hijos se estaban muriendo de hambre y no tenían agua potable con temperaturas por encima de los 40 grados. «No nos dan comida buena. La calidad es mala. La mayoría de los paquetes de comida se los quedan los funcionarios, que los venden para ganar dinero», ha contado Aisha Ali, una de los manifestantes. Las ONG denuncian que «la mayoría de los campamentos se han convertido en centros del hambre, la desnutrición y las enfermedades transmisibles». Médicos Sin Fronteras denuncia que del 10 al 25 por ciento de los niños en un centro de alimentación de 110 camas están muriendo.

El gobernador del estado de Borno, Usman Durkwa, ha anunciado que ha suspendido al Comité de Alimentos para que sea investigado en relación con las supuestas acusaciones hechas por los manifestantes. También ha dicho que enviará en breves dos convoyes para que distribuyan comida directamente entre los más necesitados.

Aunque el Ejército nigeriano, con ayuda de las fuerzas de seguridad de Chad y Camerún, ha conseguido recuperar la inmensa mayoría del territorio que los milicianos yihadistas de Boko Haram habían conquistado en el noroeste de Nigeria, la insurgencia ha acabado por desencadenar una crisis humanitaria regional que afecta a los tres países con los que comparte la Cuenca del Lago Chad, con desplazados internos en Camerún, Chad y Níger.

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