La compañía aérea irlandesa de bajo coste Ryanair sufrió una pérdida neta de 185 millones de euros entre abril y junio, el primer trimestre de su ejercicio 2020, debido a la parálisis del tráfico aéreo provocado por la pandemia de COVID-19[contexto id=»460724″]. El confinamiento en numerosos países del mundo durante esos meses, especialmente en Europa, ha hecho mella en la aerolínea. El numero de pasajeros en este trimestre fue de 500.000, frente a 42 millones en el mismo período de 2019, señaló la compañía.
Lo más importante: se trata del trimestre más «difícil» en los 35 años de historia de la empresa, afirma la compañía en un comunicado. El confinamiento y el cierre de las fronteras en Europa paralizaron la actividad de la compañía desde mediados de marzo hasta finales de junio. Un 99% de la flota se quedó sin volar. La facturación, por su parte, se hundió hasta los 125 millones de euros, frente a los 2.312 millones de un año antes.
Ryanair retomó los vuelos el 1 de julio y logró alcanzar el 40% de su actividad durante las vacaciones de verano. Además, espera llegar al 70% en septiembre. La compañía estima que va a transportar 60 millones de pasajeros en el ejercicio 2020-2021 (que termina en marzo), lo que corresponde a una caída del 60%.
Hace unas semanas Ryanair anunció la supresión de 3.000 empleos, es decir, el 15% de su plantilla. El grupo indicó que va a continuar reduciendo costes y gastos para preservar su tesorería de 3.900 millones de euros, una de las más sólidas del sector aéreo. La compañía prevé pérdidas en el segundo trimestre del ejercicio (julio-septiembre), pero considera que serán menores debido al reinicio de los vuelos, impulsada por la reactivación de la actividad económica en los países que habían estado sometidos a medidas de confinamiento entre los meses de abril y junio.
