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Ciencia

Rachel Carson, la precursora del movimiento ecologista contemporáneo

La bióloga y escritora es una de las personalidades más importantes de la divulgación científica en Estados Unidos y al mismo tiempo una de las menos reconocidas

Rachel Carson, la precursora del movimiento ecologista contemporáneo

Carson sujeta un buitre de gran tamaño. | Keystone Pictures USA (Europa Press)

La publicación en 1962 del libro Primavera Silenciosa, de la bióloga marina y escritora estadounidense Rachel Carson, provocó un gran impacto en la sociedad. En esta obra analizaba la persistencia en el medio ambiente de insecticidas, utilizados profusamente en aquella época, mostrando de una forma rigurosa pero accesible al público no especializado la fragilidad e interconexión de los ecosistemas, en los que el ser humano era un componente más y no su cúspide. De este modo, Rachel Carson fue precursora del movimiento ecologista contemporáneo.

Nacida a principios del siglo XX en una granja de Pensilvania, creció muy influida por la pasión de su madre por la literatura y la naturaleza. Desde pequeña supo que sería escritora. De hecho, a los diez años alcanzó su primer éxito literario: una revista infantil publicó un relato suyo.

Rachel Carson ingresó en el Pennsylvania College for Women con la intención de formarse para ser escritora, pero en el segundo año tropezó con un curso obligatorio de zoología que le fascinó de tal modo que más tarde optó por especializarse en este ámbito. Después de graduarse en 1928, realizó su tesis de máster en la Universidad Johns Hopkins, donde estudió genética.

En 1935, cuando daba clases a tiempo parcial en la Universidad de Maryland y en la Escuela de Verano de Johns Hopkins, su padre murió repentinamente, lo que la convirtió en el sostén económico de la familia en plena Gran Depresión.

Consiguió un empleo a tiempo parcial en el Servicio de Pesquerías de Washington para redactar una serie de emisiones radiofónicas denominada Romance bajo las aguas.

Poco tiempo después, se abrió la convocatoria para un puesto de asistente en biología acuática del mismo Servicio de Pesquerías, que en 1940 pasaría a denominarse Servicio de Pesca y Vida Salvaje. Fue la única mujer que se presentó y obtuvo la mejor puntuación de todos los aspirantes. Así, en 1936, Rachel Carson pasó a formar parte de la plantilla de la institución.

Pocos meses después, en enero de 1937, su hermana Marian murió, dejando huérfanas a dos niñas preadolescentes. Rachel y su madre se ocuparon de criarlas. Las responsabilidades familiares marcaron profundamente la vida de Rachel Carson.

Dos pasiones complementarias

Su cometido en el Servicio de Pesca y Vida Salvaje consistía en revisar los trabajos de investigación y redactar textos y resúmenes para folletos dirigidos a los profesionales del sector y al público general. Gracias al buen desempeño de su trabajo fue nombrada editora jefa de todas las publicaciones. Así consiguió, de un modo que nunca imaginó, unir sus dos pasiones de forma profesional: la escritura y la biología.

Aparte de las labores literarias de su puesto, Rachel desarrolló una carrera paralela escribiendo artículos sobre la naturaleza y el mar en distintos periódicos y publicaciones, carrera que consolida con la publicación, en 1941, de su primer libro sobre el mar, Under the Sea Wind (Bajo el viento oceánico). Pese a las buenas críticas, el libro no fue un éxito de ventas, pero aun así, siguió escribiendo.

Divulgadora a tiempo completo

En 1951, cuando preparaba su segundo libro, tomó la decisión de dejar su trabajo para poder escribir sus obras a tiempo completo. Fruto de esta época son sus dos nuevos libros, que completaron su trilogía marina y constituyeron un gran éxito de crítica y ventas que convirtieron a Rachel Carson en un personaje conocido. Recibía multitud de cartas de lectores que contestaba siempre que su tiempo y energías se lo permitían.

A raíz de diversas observaciones y conversaciones con científicos, Rachel Carson empezó a interesarse por el pesticida sintético DDT (dicloro difenil tricloroetano) y a investigar sus efectos. Así, se sumergió en la preparación de su nuevo libro, que acabaría llamándose Primavera Silenciosa.

El omnipresente DDT

El DDT, cuya actividad insecticida fue descubierta en 1939, se había utilizado de forma intensiva en Europa y el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial para controlar los insectos que transmitían enfermedades, como el mosquito que transporta el parásito causante de la malaria, los diversos insectos vectores del tifus o las pulgas que propagan la bacteria responsable de la peste.

El empleo del DDT durante la Segunda Guerra Mundial salvó muchas vidas, y tras varias experiencias positivas se convirtió en un insecticida de uso doméstico y agrícola que carecía de una regulación que controlara su manejo. En Estados Unidos, era tan cotidiana su utilización que incluso se aplicaba DDT en el jardín para evitar que los mosquitos picaran a los invitados durante el pícnic.

Puesto que el DDT no se degrada en el ambiente y se acumula en los organismos vivos, pasa a formar parte de la cadena trófica y empieza a afectar a otros animales, como, por ejemplo, las aves, que en algunos casos también acaban por desaparecer. De ahí esa «primavera silenciosa» de la que Rachel Carson nos advierte en su obra.

La respuesta de la industria

Antes de salir a la venta como libro, Primavera silenciosa se publicó por entregas en la revista The New Yorker, publicación que diversos sectores relacionados con la industria de los pesticidas trataron de evitar desacreditando a la autora: la acusaban de no poseer suficientes conocimientos, de ser solo una técnica, una histérica, una comunista, poco realista y antiprogreso.

Pero lo cierto es que Carson no estaba en contra de un uso adecuado de los pesticidas: era consciente de su necesidad en determinadas situaciones y procesos. Lo que denunciaba era la dispersión indiscriminada de compuestos tóxicos que podían tener consecuencias imprevistas para todos los seres vivos, incluidos los humanos.

La Agencia de Protección Ambiental

Finalmente, el libro se publicó y fue un éxito total, con una gran influencia sobre la vida política y social. Una de las muestras de su impacto fue la creación en 1970 de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

Durante la escritura del libro, dos años antes de su publicación, Rachel Carson fue diagnosticada de cáncer de mama, de manera que tuvo que hacer frente una mastectomía radical y a duros tratamientos mientras realizaba un trabajo ímprobo de documentación y redacción para plasmar la historia que quería contar.

Murió el 14 de abril 1964, solo dos años después de la publicación de Primavera Silenciosa, de un ataque al corazón. En ese momento, tenía anemia severa a causa de la radioterapia y metástasis en el hígado. Su fallecimiento con 56 años y en el momento álgido de su carrera como escritora y comunicadora científica fue una gran pérdida: todavía tenía mucho que decir y mucho sobre lo que escribir.

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