Primero, lava bien las uvas bajo agua fría. Si tienen pepitas, quítalas cuidadosamente.
A continuación, coloca las uvas limpias en un cazo amplio. Y añade los 400 gramos de azúcar y el zumo del limón.
Entonces, pon la mezcla a fuego bajo. Es importante empezar con fuego suave para que el azúcar se disuelva lentamente.
Después, remueve de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo del cazo.
Mantén la cocción durante unos 45 minutos, siempre a fuego bajo-medio. Durante este tiempo, la mezcla irá reduciendo.
Para saber si está lista, pon una pequeña cantidad de mermelada en un plato frío, deja enfriar un momento, luego haz una raya con el dedo. Si la raya tarda unos cinco segundos o más en desaparecer está en su punto.
Tritura con una batidora de vaso o de mano, teniendo cuidado de no pasarte si quieres conservar parte de la estructura de la fruta.
Por último, vierte la mermelada caliente en un tarro esterilizado. Cierra bien. Y deja enfriar por completo a temperatura ambiente antes de guardar en la nevera.