Comienza eligiendo patatas nuevas, con piel fina y textura firme, ya que no se van a pelar para aprovechar todos sus nutrientes. Aunque pelarlas es opcional, lo recomendable es dejarlas con piel.
Lava bien las patatas bajo el grifo y sécalas con papel de cocina absorbente.
Corta las patatas en piezas de unos 3 o 4 centímetros de largo.
Engrasa ligeramente la Crock Pot con un poco de aceite de oliva y añade las patatas troceadas.
Lava los pimientos, retira las semillas y el pedúnculo, luego córtalos en tiras y añádelos junto a las patatas.
Pela y pica los ajos, agrégalos a la olla junto con el pimentón, la sal, la mantequilla en dados, el resto del aceite de oliva y unas vueltas de pimienta negra molida.
Remueve bien para que todos los ingredientes se impregnen de las especias y se mezclen los sabores.
Tapa la Crock Pot y cocina durante tres horas a temperatura alta.
Antes de apagar la olla, comprueba que las patatas estén tiernas, ya que el tiempo puede variar según el tipo de patata y el tamaño de los trozos.