La descarbonización de nuestro planeta y sistema es cada vez una prioridad más acuciante. Desde instituciones globales, regionales y locales hacen día a día mayor hincapié en la lucha contra una emergencia para la que, incluso, ponen una fecha límite. 2030 es esa meta para la reducción de emisiones y dar un respiro a nuestro planeta. Y todos los actores, públicos o privados, deben ponerse las pilas en este sentido.
Este, para las compañías es ya un tema incontestable e ineludible. El compromiso actual contra el cambio climático obliga a las empresas, en muchas ocasiones acuciadas por las autoridades, a reducir su huella de carbono. Y eso cuesta dinero y puede llegar a ser confuso para ellas. No es tarea sencilla.
Para las empresas –grandes, medianas y pequeñas– este puede ser un mundo inabarcable. Su impacto en el medioambiente suele ser notable, ya que por su naturaleza las empresas son a menudo emisores de facto, y no siempre son conscientes del camino que deben trazar hacia la transformación verde y sostenible.
Para esto ha nacido South Pole, una compañía que ofrece soluciones innovadoras al sector privado, ayudando a sus clientes a abordar los impactos del cambio climático, al tiempo que mitiga sus riesgos y crea valor en su camino a la sostenibilidad. En ellos ya han confiado empresas de la talla de L’Oréal, Grupo BIMBO, Adidas o Lidl, o instituciones internacionales como la UEFA.
Pasar de la ambición a la acción es el leitmotiv de la labor de South Pole. Para ello, trabajan mano a mano con las empresas, asesorándolas a cada paso del camino. Y, para ello, han diseñado además un sistema de cinco pasos para reducir la huella de carbono de una empresa. Son los siguientes:
El paso inicial es fundamental para todo el proceso. Consiste en medir la huella de carbono de la compañía. Esto permite que el cliente entienda de dónde vienen sus emisiones de carbono y el impacto ambiental de sus productos o servicios. Un análisis de huella de carbono corporativa brinda a la empresa una visión profunda sobre la procedencia de sus emisiones que pueden ir desde la propia flota de vehículos, el consumo energético en oficinas o fábricas hasta los viajes de negocios de los empleados, el transporte de mercancías o la propia forma en que los productos son desechados.
Al mismo tiempo, es clave entender como el cambio climático va a afectar al negocio de la empresa y estar listos para adaptarse. Esto supone identificar de forma personalizada los riesgos climáticos a los que está expuesta la compañía (por ejemplo, si gestionas hoteles, ¿se verán afectados por la suba del nivel del mar?) y también las posibles nuevas oportunidades de negocio que pueden surgir. Si la empresa hace un buen diagnóstico de la crisis climática podrá adaptarse mejor que su competencia para sufrir menos los impactos y transformar mejor su negocio ante esta realidad.
Una vez identificados la huella de la compañía, sus riesgos y sus oportunidades, el siguiente paso consiste en definir una estrategia y unos objetivos concretos y de forma siempre personalizada. Para ello, el equipo de South Pole traza esa ruta a seguir con la compañía, en la que se dibujan las estrategias específicas de sostenibilidad o cambio climático que equilibren las necesidades empresariales con la ambición ecológica. Los profesionales de South Pole asesoran a la compañía y le ayudan a establecer unos objetivos ambiciosos pero factibles para la reducción de emisiones, el uso de energías renovables, la gestión de desechos, agua, plásticos u otros indicadores.
Una vez dibujado el mapa de situación, es el momento de entrar en acción. Esa acción, que es muy amplia, se resume en un objetivo único: reducir la huella de carbono de la compañía. El equipo de South Pole se pone en marcha y, mano a mano con el cliente, aumentan la eficiencia energética de la compañía, así como les asesoran a la hora de obtener energía renovable y descarbonizar su cadena de suministro.
La financiación es un punto clave de todo el proceso. En este cuarto paso, desde South Pole asesoran de forma siempre personalizada a la compañía a la hora de financiar su acción climática. Hay muchas formas de hacerlo, por ejemplo, con la puesta en marcha de proyectos ambientales que eviten o reduzcan las emisiones, o invirtiendo en los denominados «fondos de impacto».
El equipo de South Pole está especializado en la emisión de créditos de carbono, una herramienta que permite financiar proyectos reducen las emisiones de CO2. Estos créditos de carbono son una forma reconocida internacionalmente para la gestión de las emisiones de carbono de las empresas, y South Pole es el mayor desarrollador de proyectos internacionales con este objetivo sostenible.
El último paso, no menos importante que todos los demás, cierra todo un ciclo de ambición climática en la compañía. Tras identificar los riesgos y oportunidades, definir una estrategia, reducir la huella y lograr una financiación factible toca comunicar y liderar.
El proceso acompañado por South Pole permite al cliente adquirir conocimientos en sostenibilidad que puede transmitir a sus propios proveedores, empleados y clientes, y liderar así un discurso centrado en la sostenibilidad.
Estos cinco pasos se realizan en todo momento acompañados por agentes cualificados de South Pole, que cuenta una historia de 14 años de premios ofreciendo soluciones a la sostenibilidad, así como una extensa red de 22 oficinas, donde trabaja un equipo de más de 400 expertos, científicos e ingenieros de reconocido prestigio en sus respectivos campos.
¿Qué puede hacer South Pole por tu empresa? Descúbrelo en su página web.