Somos una sociedad que cada día se preocupa más por el planeta. Cada día estamos más concienciados con el medio ambiente y con nuestra salud. Y esto es lo que llevo a tres jóvenes de Barcelona a crear Ethics Coffee.
Un ingeniero loco del café, un periodista y un diseñador gráfico en plenas fiestas de la Merce, en Barcelona, se juntaron para buscar ideas que pudiesen ayudar a generar impacto positivo en nuestro planeta y decidieron crear una empresa de cold brew. Un café cold brew no se define por la manera en que se bebe, sino porque se extrae a partir de una infusión en agua fría. Y es que el mundo de la alimentación está viviendo una auténtica revolución en búsqueda de productos más saludables y más sostenibles, sin dejar de buscar el sabor y el aroma.
En Europa la bebida que más se consume es el café listo para beber. Y mientras que la alimentación se está yendo a productos más sanos y más sostenibles pero igual de sabrosos, en el café listo para beber era todo lo contrario, estaba lleno de azúcar refinado, conservantes y colorantes. Y ante este problema este grupo de amigos decidieron buscar una solución. Estudiaron el producto, lo analizaron y se dieron cuenta de que esta categoría podía evolucionar y por eso decidieron buscar el mejor cold brew. Un café más sabroso, aromático y saludable.
La clave de su cold brew es que es un proceso 100% artesanal. Durante muchos meses estuvieron testando los granos de café hasta que encontraron el molido ideal y la temperatura de tostado perfecta. Y eso ha llevado a que sea un producto sin conservantes, sin colorantes, ni procesos que puedan dañar el producto y que dure hasta seis meses en la nevera.
Máxima calidad, mínimo impacto negativo
Uno de sus principales elementos diferenciadores de la competencia es la calidad. «Mientras que en el mercado venden algo parecido no es lo mismo. Mientras que ofrecen algo que sabe a café, no es café de calidad, no contiene leche de calidad y consiguen una mezcla que sabe bien pero que no es café. Ethics Coffee es un producto de máxima calidad con el mínimo impacto negativo.», cuenta Lucas, uno de los creadores .
Una de las cosas que más llama la atención del producto es el envase. Es una botella de unos 200 mililitros. «Al principio trabajábamos con 250ml que es menos que la dosis habitual de refresco de 330ml. Y la razón es la cafeína, que en tanta cantidad ya empieza a ser demasiada para el cuerpo humano», cuenta Lucas. Y es ahí cuando dieron con la botella de 200ml, una botella práctica, muy cómoda de transportar y muy fácil de usar.
«Mientras que pensábamos que nuestro público objetivo iba a ser de 25 a 40 años nos ha sorprendido. Hoy en día cada vez más las generaciones más jóvenes están empezando antes a tomar café y las más mayores buscan formas de activarse y de tener energía de manera más sana y sostenible. Las personas que apuestan por Ethics Coffee son las que miran la etiqueta, las que se preocupan por lo que están comiendo y el impacto que genera su consumo en el mundo», afirma Lucas.
Tienen diferentes sabores, desde el original, con avena, agave y almendra avena y miel. Sus productos se pueden adquirir en Naturitas, Amazon Fresh, Tot Ecólogic, Healthy Market y Matias Buenos Días.
