España está a la cabeza del mundo en trasplantes. Sin embargo, para mantenerse en este podio en el que lleva años hace falta mucha organización, esfuerzo, dedicación y financiación detrás. En este último punto colabora desde hace 19 años la Fundación Mutua Madrileña que apoya económicamente y de manera desinteresada la investigación médica en el área de los trasplantes desde 2003.
Mucho ha cambiado el panorama de la donación de órganos en estos años. El descenso de los accidentes de tráfico ha reducido el número de donantes en muerte cerebral y ha despertado la necesidad de buscar nuevas fórmulas para la obtención de órganos. La donación en asistolia, también conocida como «a corazón parado», es quizá la más importante de todas, entre otras cosas porque ya representa un tercio de las donaciones que se realizan en nuestro país.
A la investigación de este tipo de donaciones en asistolia ha contribuido año tras año la Fundación Mutua, un apoyo que ha permitido, por ejemplo, que hace apenas unos meses un equipo del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, pudiera realizar el primer trasplante de intestino en asistolia del mundo a una pequeña de 13 meses de nombre Emma.
El 30% de los candidatos a trasplante de intestino fallece en lista de espera. Sin embargo, el intestino nunca se había utilizado procedente de donación en asistolia al considerarse que no sería válido dadas las características especiales de este órgano, estrechamente vinculado al sistema inmunológico de la persona que, en condiciones normales, está colonizado por múltiples gérmenes. Por ello, el rechazo y la posibilidad de infección son más frecuentes que en otros trasplantes de órganos sólidos.
Como la evidencia científica tampoco demostraba que no pudiera hacerse, tras tres años de investigación previa financiados íntegramente por la Fundación Mutua Madrileña al equipo del doctor Francisco Hernández Oliveros, jefe de Sección de Cirugía Pediátrica del citado hospital madrileño, los profesionales de La Paz pertenecientes al Grupo de Malformaciones Congénitas y Trasplante de IdiPAZ aceptaron el reto cuando surgió el donante y la paciente adecuados y realizaron el primer trasplante de intestino en asistolia del mundo, dentro de un trasplante multivisceral a una bebé de 13 meses.
El resultado se presentó a los medios de comunicación meses después de la intervención, hace apenas unos días. La receptora, la pequeña Emma, evoluciona favorablemente y se convirtió en el símbolo de un nuevo hito de la medicina española en trasplantes.
Conservar más tiempo el órgano
Otro de los retos que enfrenta la cirugía de trasplante de órganos, que hasta la fecha sigue siendo una intervención urgente e inmediata, es el poder, en cierta medida, programarla.
En su última convocatoria anual de Ayudas a la Investigación en Salud concedida en 2022 y dotada de dos millones de euros, la Fundación Mutua ha apoyado varios estudios cuyo objetivo es demostrar que se puede retrasar el momento del trasplante, algo que mejoraría la seguridad del paciente. Para ello, son varias las técnicas que se estudian, encaminadas a que el órgano, una vez extraído, se pueda conservar durante más tiempo fuera del organismo.
Desde hace un tiempo, varios equipos mundiales, entre ellos españoles, investigan varias técnicas para prolongar el tiempo en el que el órgano se conserva una vez extraído.
Una de las técnicas más investigadas y con más potencial se llama «perfusión normotérmica». Como explica el doctor Matesanz, consiste básicamente en dos cosas: «Que el líquido en el que se introduce el órgano extraído esté en la misma temperatura del cuerpo; y que el líquido se introduzca de forma pulsátil, es decir, de forma que le haces creer al órgano que está dentro del cuerpo humano porque lo mantiene funcionando», explica.
Esta técnica ha permitido algunos adelantos y no solo que el órgano dure más tiempo, sino recuperarlo si tiene algún daño «ya sea por la extracción, por el momento de la muerte o porque ya estuviera dañado. Al darle un poco más de tiempo, se le da un margen para recuperarlo», explica el doctor Matesanz.
Este año uno de los proyectos de investigación en trasplantes que financia la Fundación Mutua Madrileña tienen como objetivo demostrar las bondades de la perfusión normotérmica. Lo lidera el doctor Félix Colmenero en el el Institut d’Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona, en colaboración con todos los equipos de Cataluña. El objetivo es probar la preservación del hígado una vez extraído del donante con esta técnica. Esta idea ya se ha conseguido con éxito en un paciente operado en el Hospital Universitario de Zúrich, en Suiza, según describió la revista Nature Biotechnology.
El estudio catalán es el segundo en esta línea de la técnica de perfusión normotérmica por el que apuesta el Comité Científico de la Fundación Mutua que en la anterior convocatoria ya financió uno de similares características en el Hospital Gregorio Marañón para todos los equipos de la Comunidad de Madrid, que actualmente está en marcha.
Otra estrategia en pulmón
Otra línea para mantener el órgano más tiempo fuera del organismo que financia la Fundación Mutua este año 2022 la lleva a cabo el grupo de trasplante pulmonar del Hospital Universitario Puerta de Hierro, encabezados por el doctor José Luis Campo-Cañaveral.
En este caso, los investigadores persiguen prolongar el tiempo de isquemia fría de los injertos pulmonares preservándolos a una temperatura de 10 grados. Esta nueva modalidad ya ha demostrado en un ensayo clínico multicéntrico internacional, en el que también participa el hospital madrileño, que es posible aumentar la isquemia fría de los órganos de manera segura, permitiendo mejorar la logística de los trasplantes pulmonares y convertir un procedimiento urgente en una actividad semi-programada, lo que puede tener implicaciones positivas tanto en los resultados como en la seguridad del paciente.