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Los nuevos fármacos para adelgazar funcionan pero no son mágicos

Estos adelgazantes ayudan a reducir el apetito y producen una saciedad precoz, pero deben acompañarse siempre de un cambio de hábitos

Los nuevos fármacos para adelgazar funcionan pero no son mágicos

Foto: Quirónsalud

Adelgazar es un camino duro en el que la medicina puede ayudar, pero no en todos los casos podemos recurrir a medicamentos, pero sí en algunos. Los fármacos inhibidores del receptor GLP-1 llevan años de investigación para mejorar el control de pacientes diabéticos con obesidad. No sólo son útiles en este grupo de enfermos, sino que, en dosis diferentes, han mostrado que ayudan a bajar de peso

Fármacos como liraglutida o semaglutida ya empiezan a conocerse por el público como adelgazantes, pero, aunque son muy útiles «deben acompañarse siempre e ineludiblemente de un programa de modificación de hábitos porque estos fármacos no son mágicos, sino que ayudan a la persona con obesidad a reducir el apetito y producen una saciedad precoz. Es necesario que, junto con el tratamiento farmacológico se produzca un cambio de estilo de vida; de este modo, muestran todo su potencial», afirma el doctor Esteban Jódar, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, que ha participado en los estudios de desarrollo de esta familia de fármacos y que los utiliza habitualmente en muchos de sus pacientes. 

«Esta familia de fármacos imitan la acción de una hormona llamada péptido similar al glucagón tipo 1 (aGLP1), son derivados de una hormona gastrointestinal que se produce cuando llegan restos de comida parcialmente digeridos al intestino. Aumenta la producción endógena de insulina, reduce el nivel de glucagón, retrasan el vaciamiento gástrico y a nivel del sistema nervioso central producen sensación de saciedad», detalla el Dr. Jódar.

Dos medicamentos autorizados

En la actualidad existen dos medicamentos de esta familia aprobados por la autoridad regulatoria. La liraglutida es inyectable y para diabéticos se utiliza en rangos de 1.2 a 1.8 mg. de inyecciones subcutáneas diarias y, en su indicación de obesidad, la dosis es de 3 mg. El otro compuesto, la semaglutida, está indicada para el tratamiento de la diabetes y tiene la posibilidad de utilizarse de forma inyectable (0,5 o 1 mg. semanal) u oral (16 mg). Con la indicación de obesidad, aún no está comercializado en España, aunque sí en Estados Unidos, siendo la dosis de 2.4 mg. semanales.

«Estos tratamientos deben ser prescritos y supervisados por endocrinólogos que conozcan cómo es el funcionamiento de estos fármacos. No está indicados para cualquier bajada de peso, sino para personas con un índice de masa corporal (IMC) por encima de 30 o para las que tienen un IMC por encima de 27 con comorbilidades como presión arterial alta o hipercolesterolemias, apnea del sueño u otros», detalla el Dr. Jódar, que cree que es muy importante concienciar a estos pacientes de que el tratamiento es una ayuda, que no servirá de nada sin un cambio de estilo de vida: «Si no se produce este cambio, ineludiblemente se recuperará todo el peso al terminar la intervención farmacológica».

El doctor Jódar ha publicado recientemente en la revista Nature Medicine las conclusiones del estudio más largo realizado con semaglutida para el tratamiento de la obesidad en el que «hemos demostrado que logra unas reducciones de peso corporal significativas (16%) tras inyecciones semanales de 2.4 mg semanales durante dos años, sin rebote de ganancia de peso y con un perfil de riesgo cardio-metabólico favorable».

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