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La innovación como motor de progreso de la sociedad

La reducción del daño asociado al consumo de cigarrillos es el eje de la misión de Philip Morris

La innovación como motor de progreso de la sociedad

Centro de Philip Morris.

La historia de la humanidad está marcada por el constante deseo de progreso y mejora, y uno de los principales impulsores de este avance ha sido la innovación. Desde tiempos remotos hasta la actualidad, la creatividad y el ingenio han permitido el desarrollo de nuevas tecnologías, procesos y soluciones que han transformado la forma en que vivimos y nos relacionamos. La innovación ha sido un factor clave para el avance de la sociedad en diversos aspectos, desde la tecnología y la medicina hasta la educación y la sostenibilidad.

La innovación tecnológica ha sido uno de los motores más poderosos de cambio en la sociedad. Sin innovación, la sociedad es incapaz de avanzar y abordar los muchos problemas globales a los que nos enfrentamos actualmente. Sin embargo, este desarrollo necesita de una normativa pública que permita y fomente la innovación, en vez de reprimirla.

Algunos esfuerzos recientes en materia de innovación impulsados por la industria se han topado con la resistencia de los reguladores, cuando no se han visto directamente obstaculizados, como ejemplo: las energías limpias. Aunque estamos asistiendo a grandes saltos tecnológicos, las soluciones de energía limpia tienden a ser mejor recibidas cuando no proceden de los gigantes del petróleo y el gas. 

La reducción del daño también depende de la innovación 

La reducción del daño es la capacidad de disminuir los efectos adversos del comportamiento continuado y potencialmente nocivo a través de los avances en ciencia, en tecnología y también en regulación. No elimina por completo el riesgo de daño, pero es mejor que continuar con el comportamiento nocivo original.

La innovación en la reducción del daño asociado al consumo de cigarrillos es el eje de la misión de Philip Morris. Desde 2008, lleva invertidos unos 10.700 millones de dólares en la investigación y desarrollo de alternativas al cigarrillo libres de combustión y humo. para ello, más de 1.500 expertos y científicos trabajan en sus dos centros de I+D, en Suiza y Singapur, en busca de un futuro libre del humo de los cigarrillos. La compañía tabaquera entendió que había que darles opciones a esos millones de fumadores que no abandonan el hábito pero que buscan reducir el riesgo asociado. 

Tal y como afirman desde PMI: «Un futuro sin humo es alcanzable, y los beneficios que puede aportar a las personas que de otro modo seguirían fumando, y por tanto a la salud pública mundial, son enormes. Sin embargo, no podemos lograrlo de manera individual. Es necesario el apoyo de las autoridades públicas y la comunidad científica, así como la sociedad civil, para poder aprovechar al máximo esta oportunidad».

Un nuevo abordaje en el control del tabaquismo

Aunque estas alternativas libres de humo están sujetas a fuertes restricciones en algunos países (e incluso prohibidas en otros), un número creciente de gobiernos con visión de futuro han reconocido que estos productos pueden ser una mejor alternativa al tabaco de combustión para los fumadores que no van a dejar de fumar, y lo han tenido en cuenta en sus políticas. Estos gobiernos están complementando las medidas tradicionales de control del tabaquismo (de prevención y cesación) con un enfoque de reducción de daños: dando a los fumadores adultos que de otro modo continuarían fumando información -y acceso- a alternativas sin humo científicamente validadas para que dejen atrás el cigarrillo. De esta forma se trabaja no solo en disminuir la cifra de fumadores, sino también en reducir el riesgo de daño para los mismos. 

El caso de Inglaterra es muy revelador. En 2019, el gobierno estableció el objetivo de que el país estuviera libre de humo para el año 2030, lo que significa una reducción de la población fumadora al 5% para esa fecha. Una de las principales líneas de trabajo de Reino Unido para reducir drásticamente las tasas de consumo de cigarrillos fue apoyarse en el uso de los cigarrillos electrónicos como herramienta de reducción del daño para aquellos que no van a dejar de fumar.  

Otro caso es el neozelandés, que en agosto de 2021 el gobierno aprobó un nuevo marco regulatorio para los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentados bajo la llamada «Ley de Productos Regulados y Ambientes Libres de Humo». Uno de sus principales objetivos es «ayudar a los fumadores a cambiar a productos regulados» que sean «significativamente menos dañinos que fumar».

La nueva ley se basa en dos principios para alcanzar el objetivo de un país libre de humo para 2025. Por una parte, sigue estableciendo una regulación estricta para los productos de tabaco de combustión y, por otra, establece un tratamiento diferenciado para los productos de vapeo regulados, reconociendo sus posibles ventajas -en términos de reducción del daño- en comparación con los cigarrillos tradicionales.

En palabras de Emmanuel Babeau, Director Financiero de Philip Morris: «Estamos convencidos de que la mejor forma de lograr un cambio sistémico y de impacto es transformando desde dentro hacia fuera, colaborando de forma constructiva con las distintas partes de la sociedad y, en última instancia, sustituyendo los cigarrillos por productos sin humo».

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