La menopausia es un proceso natural en la vida de la mujer que consiste en el cese definitivo de la menstruación y con la que comienza la etapa conocida como climaterio. Se produce en torno a los 50 años, aunque puede darse normalmente entre los 45 y 55 años. La menopausia se asocia con una serie de cambios en el organismo, algunos temporales y otros definitivos. Una de sus consecuencias es el síndrome genitourinario (SGM), que sufren hasta el 90% de las mujeres postmenopáusicas en nuestro país.
El GSM es el resultado de la disminución de los niveles de estrógeno, una hormona que juega un papel crucial en la salud vaginal y urinaria de las mujeres. A medida que los niveles de estrógeno disminuyen durante la menopausia, pueden producirse diversos síntomas y cambios.
Consecuencias del síndrome genitourinario de la menopausia
En un porcentaje alto de mujeres, el síndrome genitourinario de la menopausia afecta negativamente a su salud y su sexualidad, disminuyendo la calidad de vida de quienes lo sufren. A pesar de ello, solo una de cada cuatro mujeres acude al especialista por este motivo. Por lo tanto, su diagnóstico es insuficiente y, sin un tratamiento adecuado, se cronifica y se intensifican sus síntomas.
Entre otras señales, suele implicar sequedad vaginal, sensación de quemazón e irritación en la zona genital, incontinencia o cistitis. Además, puede conllevar dolor durante las relaciones sexuales debido a la escasa lubricación y a la falta de elasticidad que dificulta la penetración.
Tratamientos eficaces y la tecnología más innovadora para minimizar los síntomas
Para prevenir algunas enfermedades asociadas a la menopausia y tener una correcta salud vaginal es importante mantener una higiene corporal adecuada; llevar hábitos de vida saludables, evitando el alcohol y el tabaco; hacer deporte, incluyendo ejercicios de Kegel e hipopresivos, y seguir una dieta variada y equilibrada.
Igualmente, existen algunos tratamientos dirigidos a mitigar las consecuencias del SGM. En la Unidad de la Mujer de Quirónsalud Zaragoza recomiendan la terapia local como primera opción, habitualmente con cremas hidratantes vulvovaginales. Pueden también utilizarse fármacos tópicos como los estrógenos o la prasterona y otros por vía oral como el ospemifeno. También se han incorporado otras opciones más novedosas como el tratamiento con láser CO2 fraccionado, el ácido hialurónico y los factores de crecimiento. A este respecto, la doctora María Lapresta puntualiza que cuentan con «la tecnología más avanzada en el campo de la ginecología regenerativa, concretamente el láser CO2 y las inyecciones de ácido hialurónico. También, para los síntomas más leves, se puede utilizar hidratantes, lubricantes y tratamientos locales hormonales».
Por otro lado, el grupo hospitalario ofrece una atención integral con el fin de valorar globalmente a cada paciente. «Los beneficios de esta metodología están orientados a controlar los síntomas de la menopausia como los sofocos, sudores nocturnos o el insomnio, aparte de la presencia del síndrome genitourinario y la posible afectación en la sexualidad y en la disfunción del suelo pélvico (incontinencia y prolapsos). Asimismo, también facilita la evaluación del riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular y osteoporosis. Además, el servicio de acompañamiento y apoyo psicológico de la Unidad de la Mujer es clave para asimilar los cambios de esta etapa y para hacer frente a los trastornos del estado de ánimo», indica la doctora Lapresta.
#EntreNosotras: Hablamos de menopausia
Para dar a conocer más información acerca de la menopausia, la Unidad de la Mujer Quironsalud Zaragoza ofrece varias conversaciones en profundidad dentro del proyecto ‘Entre Nosotras’ de Quirónsalud.