La incidencia de los deportes de impacto en el suelo pélvico de las mujeres es notable. Deportes como el atletismo, la gimnasia deportiva, el baloncesto, el voleibol, el balonmano, el fitness o la equitación, pueden ejercer una presión significativa sobre el suelo pélvico. Esta presión repetida y sostenida puede dar lugar a la debilidad del mismo. Otra de las disciplinas afectadas es el tenis. Quirónsalud es Proveedor Oficial de los Servicios Médicos de la Billie Jean King Cupa Finals 2023, la Copa del Mundo de tenis femenino que se disputa del 7 al 12 de noviembre en Sevilla. Por ello, hemos querido abordar el problema del debilitamiento del suelo pélvico desde la perspectiva de la práctica de este deporte.
En concreto, el tenis y el pádel precisan carrera y salto que se asocian a una contracción repetida del abdomen y la consecuente hiperpresión y daño del suelo pélvico. Es por ello que muchas tenistas, que además han sido madres ya sabrán que al impacto físico que se da durante el juego se le suma el daño del embarazo y parto vaginal, lo que es un factor de riesgo para presentar los temidos escapes de orina.
El suelo pélvico, aunque a menudo pasa desapercibido, desempeña un papel fundamental en la salud y el bienestar de hombres y mujeres de todas las edades. Esta estructura de músculos, ligamentos y tejidos conectivos forma la base de la pelvis y sostiene órganos vitales como la vejiga, el útero y el recto. La salud del suelo pélvico es esencial para funciones tan básicas como la micción, la evacuación intestinal y el disfrute de una vida sexual satisfactoria.
El suelo pélvico es «algo dinámico, se adapta a nuestro movimiento pero siempre manteniendo una adecuada tensión que sujete los órganos dentro de la pelvis. Cuando el suelo pélvico se debilita, surgen problemas que pueden afectar al funcionamiento de los órganos pélvicos», advierte Dra. Maribel Calero, especialista en ginecología y suelo pélvico en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, hospital de referencia durante la competición. Aunque su debilitamiento puede afectar a los hombres, es a las mujeres a quien más les afecta.
Principales causas de debilitamiento del suelo pélvico
En primer lugar, al tratarse de musculatura, podemos anticipar que «el suelo pélvico es susceptible de debilitarse debido a causas naturales, al igual que otros músculos de nuestro cuerpo», explica la doctora Calero. Estas causas naturales incluyen la edad, la inactividad y las hormonas. El suelo pélvico es especialmente influenciable por las hormonas. Por lo tanto, existen momentos específicos en la vida de la mujer, como el embarazo, la lactancia o la menopausia, en los que esta musculatura puede debilitarse.
Aparte de los factores obstétricos, no solo las mujeres que experimentan embarazos y partos pueden desarrollar debilidad en el suelo pélvico. Es importante destacar que cualquier esfuerzo que implique una presión puntual o sostenida sobre los músculos del suelo pélvico, cuando no están lo suficientemente fuertes o tonificados, puede provocar un estiramiento excesivo de esta musculatura, su fatiga y, en última instancia, «poner en riesgo funciones tan importantes como la continencia de esfínteres, la capacidad de contener las ganas de orinar, las heces y los gases, así como la adecuada sujeción de los órganos pélvicos para prevenir lo que se conoce como prolapso», explica la doctora Maribel Calero.
Existen varios factores que pueden debilitar el suelo pélvico, tales como el estreñimiento, levantar peso, sobrepeso u obesidad, posturas incorrectas, el uso de tacones, ejercicios hiperpresivos, entre otros.
Prevención y síntomas
Los síntomas más frecuentes del debilitamiento del suelo pélvico son los cambios en la función sexual, el estreñimiento, la micción frecuente o vejiga hiperactiva, la sensación de bulto en genitales o prolapso de órganos pélvicos, el dolor pélvico, la incontinencia urinaria o fecal o las dificultades para vaciar correctamente la vejiga.
La prevención es vital. Las recomendaciones y consejos dependerán de la edad biológica y no tanto de la cronológica, ya que la calidad de vida de las mujeres y las expectativas están cambiando. Por ello, es necesario «realizar una valoración individualizada en consulta por un ginecólogo experto en suelo pélvico», recomienda la doctora Calero.
El ejercicio y la vida física activa desempeñan un papel fundamental en la prevención y el mantenimiento de la musculatura del suelo pélvico. Dependiendo de la condición física personal y los antecedentes personales, el entrenamiento dirigido por un profesional de la actividad física o fisioterapeuta de suelo pélvico es la mejor herramienta para prevenir estas disfunciones o, incluso, tratar estadios leves.
Hábitos saludables y terapias para cuidar el suelo pélvico
La doctora Maribel Calero recomienda que, para mantener la salud del suelo pélvico, es esencial adoptar una alimentación saludable, evitando dietas restrictivas con bajo contenido de fibra. Además, es importante abandonar hábitos tóxicos, como el consumo de tabaco, que está asociado a complicaciones respiratorias, como la tos crónica, que puede provocar disfunciones en la musculatura del suelo pélvico.
La práctica regular de ejercicio físico es fundamental. Asimismo, se recomienda evitar la sobredistensión de la vejiga, realizando micciones de manera frecuente y siguiendo un horario pautado, aproximadamente cada 3-4 horas. Por último, es crucial programar revisiones rutinarias con su ginecólogo de confianza para mantener un seguimiento adecuado de su salud.
En cuanto a las terapias, estas «son múltiples y adaptadas a las características de defecto de suelo pélvico de la paciente, a su edad, necesidades biológicas, estilo de vida y expectativas», asegura la doctora Calero. Según los requerimientos, la Unidad de suelo pélvico decide la terapia óptima para cada paciente individualizando cada caso.