El biometano es un biocombustible de segunda generación que se obtiene a partir del biogás, que se produce a su vez mediante un proceso natural de descomposición de residuos orgánicos biodegradables agrícolas, ganaderos e industriales. Se trata de un sustituto ideal del gas natural en la industria, además de poder emplearse en la producción de hidrógeno renovable y como alternativa para la movilidad sostenible.
La apuesta de Cepsa
En el contexto de transición energética actual, algunas compañías han decidido apostar por esta energía renovable como una vía más para reducir emisiones. Es el caso de Cepsa, que ha comenzado la búsqueda y desarrollo de proyectos para la construcción y operación de plantas para la producción de biometano a partir de residuos agrícolas y ganaderos con el objetivo de descarbonizar su actividad industrial, sustituyendo el consumo de gas natural por el de este gas renovable.
En concreto, la energética aspira a gestionar en 2030 una cartera de proyectos de 4 teravatios hora (TWh) al año, equivalente a la energía suficiente para 650.000 hogares. La utilización de biometano en lugar de gas fósil evitará la emisión de 728.000 toneladas de CO2 al año. Esto equivale a la plantación de 8,7 millones de árboles, destacando el potencial del biometano en la lucha contra el cambio climático.
Además, supondrá la revalorización de 10 millones de toneladas anuales de residuos. No hay que olvidar que, cuando hablamos de biometano, además de hablar de un combustible sostenible que permite avanzar en la descarbonización, promueve la economía circular al utilizar residuos que de otro modo terminarían desechados o en vertederos.
La iniciativa de Cepsa se suma a todos los proyectos con los que la energética impulsa la descarbonización de su actividad y la de sus clientes. Así, la compañía tiene una ambiciosa hoja de ruta establecida para recortar en 2030 un 55 % sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) respecto a 2019 y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050, para lo que será fundamental la utilización de biometano en sus procesos industriales. En cuanto la intensidad de carbono de su energía vendida se reducirá entre un 15 y un 20 % en 2030.
Alianza con Kira Ventures
Cepsa ya está dando pasos en firme para acercarse a este objetivo, ¿cómo?, a través de una alianza con Kira Ventures, compañía española referente en la promoción y gestión de activos de energías renovables. Conjuntamente pondrán en marcha hasta 15 plantas en España y ya trabajan en el desarrollo de las cinco primeras, que se prevé estén operativas entre 2025 y 2026 en Castilla-La Mancha y Castilla y León. Estas plantas utilizarán residuos agrícolas y ganaderos, como estiércol y purines, entre otros, de las zonas donde se implanten. Las instalaciones serán 100% sostenibles, ya que emplearán para su funcionamiento energía eléctrica de origen renovable y aprovecharán el calor generado por el propio biogás.
La colaboración con Kira Ventures no solo resalta el compromiso de la energética con la sostenibilidad, sino que también posiciona a España como un actor con gran recorrido en la producción de biometano a nivel europeo. Esta iniciativa contribuirá a la vez a la generación de energía limpia y a la creación de empleo y a la dinamización de la economía local en las regiones donde se ubiquen las plantas. Su puesta en marcha favorecerá al desarrollo económico y social de la España vaciada, impulsando dos sectores clave como el agrícola y el ganadero.
Respaldo de la Comisión Europea
La Comisión Europea ha situado a España entre los tres países comunitarios con mayor potencial de producción de biometano para 2050, según un informe de abril de 2020: hasta 137 TWh. Este reconocimiento a la capacidad de España para liderar la producción de biometano subraya el campo de desarrollo que este tipo de proyectos tienen.
La coyuntura internacional parece ofrecer el marco idóneo para este tipo de iniciativas, ya que la producción de biogás es una de las tecnologías incluidas dentro del ámbito de la Directiva de Energías Renovables (RED III), donde se reconoce su importante papel como una de las vías para alcanzar los objetivos de descarbonización del transporte y de la industria. Además, durante 2022 se aprobó la Hoja de Ruta del Biogás, que da cumplimiento a lo establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y trata de identificar los retos y oportunidades para el progresivo desarrollo del biogás en España.
Una transición crucial
Hoy en día, la transición hacia el uso de biometano no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad estratégica para las empresas energéticas. La diversificación de la matriz energética y la adopción de fuentes de energía alternativas se han convertido en imperativos ineludibles en un mundo que busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el impacto del cambio climático.