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La economía circular para optimizar el uso de residuos

La economía circular para optimizar el uso de residuos

Centro de Innovación de Cepsa.

La apuesta por la economía circular tiene un impacto cada vez mayor en la vida diaria de las personas. Aspectos como el cambio climático o la escasez de recursos obligan a transformar nuestro modelo económico hacia otro que combine el desarrollo con la conservación del medioambiente.

En esta transición, las grandes compañías tienen mucho que decir, pero, sobre todo, mucho por hacer. La innovación, tanto en inversiones como en el fomento de buenas ideas, el aprovechamiento de los recursos y la gestión de residuos, se convierten en palancas clave para impulsar el salto hacia la nueva economía.

De modo que implementar este enfoque supone un cambio de paradigma en la forma en que producimos y consumimos, fomentando la reutilización de los residuos y el reciclaje. Sobre este planteamiento, compañías como Cepsa, en línea con su estrategia 2030 ‘Positive Motion’, hacen una decidida apuesta por el modelo circular y se comprometen a maximizar el uso de residuos como materia prima, dándoles una segunda vida, aprovechando su capacidad y conocimiento industrial reflejándolo en las diferentes soluciones sostenibles que ofrecen.

«En Cepsa estamos firmemente comprometidos con la economía circular como nuevo modelo productivo, para un uso eficiente y responsable de los recursos. En 2023 hemos fijado las bases de nuestra orientación hacia el residuo cero que nos permitirá avanzar en nuestra estrategia 2030 ‘Positive Motion’, con la que aspiramos a convertirnos en referente de la transición energética», explica Mar Perrote, directora de Seguridad, Medioambiente y Calidad de Cepsa.

Cepsa es una de las compañías que entiende que la transición ecológica va más allá del uso de energías sostenibles; también implica avanzar hacia una gestión responsable de los recursos naturales. Un planteamiento para el que las nuevas tecnologías en el desarrollo de proyectos para el coprocesamiento de residuos y la puesta en marcha de colaboraciones público-privadas, se consideran elementos clave para llevar a cabo esta estrategia.

Son esfuerzos que pueden parecer lejanos, pero que ya, a día de hoy, están llevándose a cabo. En 2023, Cepsa ha logrado minimizar, reciclar y valorizar 6.390 toneladas de residuos operacionales en sus centros industriales de Andalucía en San Roque (Cádiz) y Palos de la Frontera (Huelva), un 73% más que el año anterior, evitando la emisión de más de 3.000 toneladas de CO2.

De esta manera, la energética avanza en su objetivo de minimizar, reciclar y valorizar 8.000 toneladas de sus residuos operacionales para 2030 (frente a 2019). Cepsa, además de incrementar la valorización de aquellos residuos, ha reciclado otros que anteriormente se llevaban a vertedero, como son los lodos biológicos (aguas residuales) o el asfalto residual.

 Objetivos 2030

Los objetivos de Cepsa son más ambiciosos de cara a 2030. El objetivo de reducción de residuos se eleva hasta las 8.000 toneladas. Al mismo tiempo, la compañía aumentará el porcentaje de materias primas renovables y circulares en sus parques energéticos hasta el 15%. De esta forma, el 75% de las materias primas serán de segunda generación (2G) y de otros residuos que, de otro modo, serían desechados.

Estas materias primas de segunda generación formadas a partir de desechos agrícolas o aceites usados de cocina son una solución para producir los biocombustibles de segunda generación (2G) que están permitiendo descarbonizar el transporte por tierra, mar y aire, sin necesidad de cambiar los motores actuales de estos vehículos. Estos biocombustibles 2G forman parte de la apuesta en firme de la Cepsa por la producción de moléculas verdes. De hecho, la compañía ha comenzado recientemente la construcción, en Palos de la Frontera (Huelva), junto a Bio-Oils, de la que será la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa.

Una estrategia de presente

Pero ese camino hasta 2030 tiene ya efectos inmediatos. Otro ejemplo que refleja los compromisos de la compañía es la producción de biocombustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), creado a partir de desechos agrícolas. La primera prueba con SAF en el sur de Europa se produjo a finales de 2022, cuando se realizaron con éxito más de 200 vuelos desde el aeropuerto de Sevilla con SAF producido por Cepsa, lo que supuso evitar la emisión de 200 de más de 200 toneladas de CO2.

Hoy en día, Cepsa ya comercializa SAF en cinco de los principales aeropuertos españoles: Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, Son Sant Joan de Palma de Mallorca, Málaga-Costa del Sol y Sevilla-San Pablo. En 2023, según datos de Aena, por estos aeropuertos pasaron aproximadamente 174 millones de pasajeros, lo que supone el 60% del tráfico total de pasajeros del país. La compañía energética se convierte así en la primera en ofrecer biocombustible para la aviación de manera permanente en varios aeropuertos españoles.

Gracias a iniciativas como esta, Cepsa ha logrado la certificación de la Estrategia de Economía Circular otorgada por AENOR, siendo una de las primeras compañías en obtenerla. Esta certificación pone de manifiesto la apuesta de la compañía por este nuevo modelo de producción y la implicación de la alta dirección en torno a la economía circular. Asimismo, evidencia que las acciones en economía circular de Cepsa cumplen con los requisitos más exigentes y fiables sobre economía circular.

Otro aspecto importante que permite a Cepsa avanzar en sus compromisos es el de las alianzas estratégicas. En la economía circular, la colaboración es clave. Trabajar de la mano con otras compañías y organizaciones para impulsar la sostenibilidad ambiental.

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