En España aún existen más de 8 millones de fumadores. Es decir, millones de personas siguen la opción más dañina de consumir tabaco y nicotina: el cigarrillo, a pesar de que todos conocemos lo perjudicial de este hábito.
Por supuesto, la mejor opción siempre será no haber empezado nunca a fumar y, si ya se hace, lo mejor es dejar de consumir por completo productos de tabaco y nicotina. Pero es fundamental que aquellos adultos que de otra forma seguirían fumando, tengan acceso a información basada en evidencia científica sobre las alternativas al cigarrillo sin combustión ni humo para poder tomar decisiones informadas.
En los siguientes 7 puntos se explican los datos que soportan su potencial como una herramienta que favorezca el inicio del fin de los cigarrillos.
1.- Las alternativas sin humo son diferentes a los cigarrillos tradicionales
Su diferencia más relevante es que, al contrario de lo que sucede al consumir un cigarrillo, en las alternativas sin humo no se produce combustión y, por tanto, tampoco se genera humo ni ceniza.
Lógicamente, debe analizarse la evidencia existente caso por caso pero, con carácter general, si estos dispositivos libres de combustión cuentan con el respaldo científico y con unos estándares de calidad y seguridad apropiados, suponen una mejor alternativa a los cigarrillos tradicionales para aquellos adultos que de otro modo seguirían fumando. Es importante recordar que estas alternativas no son inocuas y que suelen contener nicotina, que es adictiva.
2.- No todos los productos libres de humo son iguales
En realidad, y aunque hay algunas similitudes, las alternativas sin humo no son todas iguales. Por ejemplo, los dispositivos para tabaco calentado, como su nombre indica, calientan tabaco real dentro de un rango de temperatura específico; mientras que los cigarrillos electrónicos (también conocidos como vapeadores o vapers), calientan una solución líquida que puede contener nicotina[1] agregada y otros componentes.
3.- Alternativas con nicotina, pero sin combustión
Así es. La nicotina es una de las razones por las que la gente fuma, junto con el sabor y el ritual. Para que los fumadores adultos abandonen por completo los cigarrillos y opten por alternativas mejores que seguir fumando, los expertos indican que estos productos deben contener generalmente nicotina.
La nicotina es adictiva y no está exenta de riesgo; pero no es la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar. Las autoridades sanitarias y los expertos científicos coinciden en que sus principales causantes son el centenar de sustancias químicas dañinas que se generan al quemar el tabaco y que el fumador adulto inhala a través del humo.
4.- Los dispositivos para tabaco calentado son diferentes a los cigarrillos tradicionales
Aunque estos productos sin humo se utilizan con tabaco real, no lo queman, sino que solo lo calientan, generalmente utilizando un sistema electrónico de control de temperatura para evitar precisamente la combustión. De esta forma, el usuario inhala un aerosol, pero nunca humo.
Por el contrario, al encender un cigarrillo, la temperatura se eleva por encima de los 600°C. Son estas temperaturas extremas las que generan el humo y la ceniza, así como la liberación de altos niveles de sustancias químicas dañinas para la salud.
5.- Ni los dispositivos para tabaco calentado ni los vapeadores producen humo
Ambas alternativas sin humo emiten una suspensión de finas partículas líquidas y/o sólidas en un gas (normalmente aire). Como no queman ninguna materia, el vapor o aerosol que liberan es fundamentalmente diferente al humo del cigarrillo.
Es cierto que los cigarrillos tradicionales emiten humo, que es un aerosol, sin embargo, su composición es muy distinta, ya que contiene miles de sustancias químicas, de las cuales un centenar se han identificado como dañinas o potencialmente dañinas.
6.- Los productos sin humo no generan alquitrán
Uno de los elementos más dañinos del humo de los cigarrillos es lo que mucha gente denomina ‘alquitrán’. Es el residuo del humo de los cigarrillos después de su combustión, y se mide por el peso de los residuos sólidos y líquidos del humo de los cigarrillos después de restar el peso de la nicotina y el agua.
El alquitrán no está presente en el aerosol de las alternativas sin humo, en tanto que el residuo de aerosol es fundamentalmente diferente del alquitrán de los cigarrillos. Sin embargo, esto no significa que estos productos estén libres de riesgo.
7.- Las alternativas sin humo son opciones preferibles al cigarrillo y tienen el potencial de reducir drásticamente las ventas de cigarrillos
Aunque la mejor decisión que cualquier fumador puede tomar es dejar por completo de consumir tabaco y nicotina, o no haber empezado nunca, la ciencia demuestra que cambiar totalmente a las alternativas sin humo es una mejor opción que seguir fumando.
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo por los gobiernos con políticas de prevención cesación del tabaquismo, en el mundo hay más de 1.000 millones de fumadores, y las estimaciones de la OMS apuntan a que esta tendencia no cambiará de forma significativa en los próximos años.
El desafío es favorecer el debate basado en evidencia científica sobre el papel que estas alternativas pueden jugar para acabar con los cigarrillos cuanto antes y provocar un cambio positivo en la salud pública.
[1] La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).