Los pólipos uterinos son una afección relativamente común entre las mujeres. A pesar de que en su gran mayoría son benignos, estos pueden causar síntomas molestos e incluso afectar la fertilidad, motivos por los que es necesario conocer su sintomatología y su tratamiento.
Este tipo de crecimientos anormales se desarrollan en el endometrio, la capa interna que reviste el útero. Suelen ser benignas, es decir, no cancerosas. Su tamaño puede ir desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros, por lo que pueden protruir a través del cuello uterino hacia la vagina.
«Son más o menos como una punta del dedo y de acuerdo al tamaño y a su localización habrá que hacer ciertas pruebas para su diagnóstico y tratamiento», destaca el Dr. Eli Pedro Monzón, especialista en Ginecología del Hospital Quirónsalud Murcia.
Aunque no se conocen las causas exactas de la formación de pólipos uterinos, se cree que están relacionados con cambios hormonales, especialmente con niveles elevados de estrógeno. Las mujeres en la perimenopausia o posmenopausia, que suelen experimentar fluctuaciones hormonales significativas, son más propensas a desarrollar pólipos. Otros factores de riesgo incluyen la obesidad, hipertensión arterial, el uso de tamoxifeno (un medicamento utilizado en el tratamiento del cáncer de mama) y antecedentes familiares de pólipos uterinos.
A pesar de todo, la mayoría de polipos uterinos son asintomáticos y el diagnóstico se produce en una revisión. «Un porcentaje de más o menos un 20% es el que tienen síntomas. El más frecuente es el sangrado, ya sea vaginal -que puede ser abundante- intermenstrual o sangrado postcoital», destaca el Dr. Monzón.
Este tipo de afección también puede asociarse a problemas de fertilidad. «Se asocia a chicas que están buscando embarazo y no pueden seguir gestando al tener un pólipo dentro de la cavidad», señala el especialista.
Tratamiento conservador
Respecto al tratamiento de los pólipos, en la mayoría de los casos, como son asintomáticos, no suele ser necesario intervenir. «En un porcentaje de mujeres que no tengan factores de riesgo, el tratamiento puede ser solamente observar», expone.
«¿Y cuándo intervenimos? Cuando son pólipos mayores, o de pacientes que buscan embarazo, pacientes sintomáticas o de mujeres en la menopausia, que ahí sí que se recomienda extirpar los pólipos», destaca el Dr. Monzón.
La técnica, señala el doctor, es hacer una histeroscopia, visualizar la cavidad uterina y cortar y extirpar desde la base. «La técnica es sencilla, hablamos unos 15-20 minutos con sedación. El periodo de baja es de dos a tres días, tras lo que la paciente puede incorporarse inmediatamente a su vida cotidiana», concluye.
