A medida que las personas envejecen, los problemas de salud son más frecuentes y el sistema urológico es uno de los más propensos a sufrir algún tipo de patología. A partir de los 40 años, los hombres empiezan a enfrentarse a un aumento significativo en la incidencia de enfermedades relacionadas con la próstata, mientras que las mujeres experimentan un incremento en la frecuencia de infecciones urinarias y pérdida de control de la vejiga. Estos cambios, relacionados con el envejecimiento del aparato urinario y reproductivo, hacen que las visitas al urólogo se vuelvan una parte esencial de la prevención y el cuidado de la salud a medida que se avanza en edad.
En los hombres, uno de los problemas más comunes es el crecimiento de la próstata, un proceso natural que comienza aproximadamente a los 30 años. Aunque no suele causar síntomas inmediatos, este agrandamiento puede empezar a generar molestias a partir de los 40 años.
Con el paso del tiempo, esta condición, conocida como hiperplasia benigna de próstata, puede provocar dificultad para iniciar la micción, un flujo urinario débil o entrecortado, goteo postmiccional, necesidad de orinar más frecuentemente, especialmente por las noches, y en algunos casos, pérdidas de orina involuntarias.
Además de la hiperplasia benigna de próstata, otra patología que afecta a los hombres con el envejecimiento es el cáncer de próstata. Se estima que la frecuencia de esta enfermedad aumenta en un 10% con cada década de vida, siendo más común en varones mayores de 60 años. Sin embargo, lo preocupante del cáncer de próstata es que en sus etapas iniciales suele ser asintomático, lo que dificulta su detección temprana sin una revisión regular.
Por esta razón, los especialistas recomiendan que los hombres sin síntomas aparentes comiencen a realizarse revisiones prostáticas a partir de los 50 años.
«En varones asintomáticos, se recomienda comenzar con las revisiones prostáticas a partir de los 50 años», señala el doctor Manuel Sánchez Zalabardo, especialista en urología en Quirónsalud Zaragoza. No obstante, «quienes tengan antecedentes familiares deben adelantar la visita a los 40 o 45 años, solicitando una analítica sanguínea, ya que el cáncer de próstata no suele dar síntomas clínicos en sus fases iniciales», añade.
El diagnóstico precoz se realiza principalmente a través de un análisis de sangre que mide el PSA (antígeno prostático específico), un marcador clave para detectar anomalías en la próstata.
Otro problema que puede afectar a los hombres a cualquier edad es la prostatitis, una inflamación de la glándula prostática que puede causar dolor al orinar, necesidad urgente de orinar, fiebre y malestar general. Aunque esta patología puede presentarse a cualquier edad, es menos común que las dos anteriores en hombres mayores de 50 años.
Para intentar minimizar este tipo de trastornos, el doctor Ángel García de Jalón señala que «determinadas rutinas pueden ayudar a reducir algunos síntomas». «Controlar la ingesta de alimentos o bebidas que irritan el aparato urinario, como las comidas picantes, el alcohol o el café, puede ser favorable», recomienda.
Problemas urológicos en mujeres
En el caso de las mujeres, las infecciones urinarias, suelen ser comunes debido a la anatomía del tracto urinario, que tiende a aumentar en frecuencia con el paso de los años. Además, muchas mujeres comienzan a experimentar incontinencia urinaria, un problema que se agrava con la menopausia.
Dada la naturaleza progresiva de estos problemas urológicos, los especialistas destacan la importancia de la prevención y el manejo adecuado de los síntomas. Ante cualquier cambio en la forma de orinar, como el aumento de la frecuencia, escozor, sangrado o alteraciones en el aspecto de la orina, se debe acudir al urólogo de inmediato.
En los últimos años, Quirónsalud Zaragoza ha implementado diversos avances tecnológicos para abordar las enfermedades urológicas asociadas al envejecimiento. «Contamos con la última tecnología para el tratamiento quirúrgico de la hiperplasia benigna de próstata, como es el láser de Holmio para la enucleación prostática (HOLEP)», señala Ángel García de Jalón. Esta técnica reduce el sangrado y permite dar de alta al paciente en 24 horas con una menor tasa de complicaciones y de repetición de operaciones que el resto de métodos disponibles.
«Por otro lado -concluye-, para llevar a cabo intervenciones quirúrgicas de cáncer de próstata, disponemos del robot Da Vinci, la tecnología más avanzada en la actualidad». Este tipo de cirugías mínimamente invasivas ofrecen una mayor precisión y permiten obtener resultados funcionales considerablemente mejores en cuanto a la preservación de la continencia urinaria y de la potencia sexual.
En cualquier caso, las visitas periódicas al urólogo, junto con cambios en el estilo de vida, pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida de las personas que enfrentan estos problemas, mejorando significativamente su pronóstico.