Cumplir 250 años es de por sí una gran hazaña para cualquier empresa, pero aún más es hacerlo manteniendo intactos sus principios y su esencia. Osborne es un ejemplo claro de ello. Fundada en 1772, esta compañía puede presumir de ser una de las cien más longevas del mundo, habiendo logrado mantener la esencia gracias a la herencia y al saber hacer de ocho generaciones que hacen de ella una de las principales entidades de nuestro país.
El proyecto ‘La Fuerza Invisible’, desarrollado por el Instituto de la Empresa Familiar, se propone destacar historias de superación y resiliencia en el ámbito empresarial. En esta entrega, el tenor José Manuel Zapata nos guía por El Puerto de Santa María (Cádiz) y Jabugo (Huelva), sedes de la compañía y de su célebre marca de ibéricos, Cinco Jotas.
Osborne tiene su origen en la llegada a Cádiz del primero de los Osborne, procedente de Inglaterra, quien decidió quedarse tras enamorarse del negocio del vino y del lugar. Desde entonces, cada generación ha continuado el legado, asegurando que la empresa no solo perdure, sino que crezca y se adapte a los tiempos. «Somos custodios de esta compañía, y nuestra misión es que pase de generación en generación», explica Sofía Osborne, presidenta de la empresa.
La clave del éxito de Osborne ha residido en saber conjugar tradición e innovación. Los Toros de Osborne, convertidos en un icono cultural y símbolo de resistencia frente a las normativas publicitarias, son prueba de ello, al igual que la diversificación emprendida durante el siglo XX.
Un ejemplo destacado de esta evolución es su incursión en el mundo del ibérico. La marca Cinco Jotas se ha consolidado como un referente de la gastronomía española, apostando por la calidad y por preservar los métodos artesanales de producción, lo que garantiza la excelencia de sus productos.
Además de ser pioneros en diversificación, la familia Osborne ha impulsado iniciativas de conciliación e igualdad de género. La compañía fue una de las primeras en ofrecer empleo a mujeres y facilitar la conciliación, abriendo camino en una época en la que estos temas no estaban en la agenda empresarial. «La empresa familiar es un ejemplo de gobernanza, visión a largo plazo e internacionalización que aporta estabilidad al país y a la economía», afirman desde Osborne.
Un compromiso con la comunidad
Osborne no solo destaca por la calidad de sus productos, sino también por su compromiso social. La Fundación Osborne trabaja para crear oportunidades de empleo para jóvenes, principalmente en el sector de la hostelería, en la bahía de Cádiz, donde el desempleo juvenil es un desafío significativo.
«El futuro está en los jóvenes. Formarlos en cocina y en sala nos permite reducir la brecha del desempleo, y ver a estos chicos felices y trabajando es lo más gratificante», señala Iván Llanza, director de la Fundación Osborne.