A una hora de Madrid, la Comarca de la Sierra Oeste esconde un refugio natural donde el sonido del agua se mezcla con el susurro de los pinares. Aquí, los pantanos de San Juan y Picadas ofrecen un respiro a quienes buscan sumergirse en un oasis de tranquilidad, sin tener que recorrer grandes distancias.
Más que simples embalses, estos enclaves han sido bautizados como las «playas interiores» de la comunidad madrileña. Con sus cristalinas aguas y exuberantes entornos naturales, tanto el Pantano de San Juan como el Embalse de Picadas ofrecen mucho más que una escapada de verano: son espacios para redescubrir la naturaleza y disfrutar todo el año.
Pantano de San Juan: Aventura entre olas y montañas
Con 50 kilómetros de costa y 14 playas, el Pantano de San Juan es una joya para quienes buscan diversión bajo el sol. Si eres amante del agua, este es el único embalse en la Comunidad de Madrid donde puedes lanzarte a nadar libremente o disfrutar de actividades acuáticas a motor. No faltan opciones para los aventureros: wakeboard, flyboard o esquí acuático. Los más tranquilos pueden optar por deslizarse en kayak sobre las aguas plácidas o alquilar un hidropedal para recorrer sus rincones escondidos.
Pero San Juan no solo vive del bullicio estival. Cuando el calor disminuye, este pantano se transforma en un remanso de paz ideal para quienes deseen disfrutar de la naturaleza. La Vía Verde del Alberche es una de las rutas más recomendadas. Un antiguo trazado ferroviario que conecta las localidades de Aldea del Fresno y Pelayos de la Presa es ahora el sendero perfecto para explorar a pie o en bicicleta. Este camino une el Pantano de San Juan con el de Picadas, regalando al viajero paisajes que parecen sacados de una postal.
El encanto de la Virgen de la Nueva y las leyendas sumergidas
Entre las aguas del Pantano de San Juan también se esconde un rincón especial: la playa de la Virgen de la Nueva, que destaca como la única playa de la Comunidad de Madrid con la prestigiosa Bandera Azul, un símbolo que acredita la calidad y el mantenimiento de la zona.
La verdadera magia de este lugar se encuentra en los restos que reposan en el fondo del embalse. En el corazón de San Juan yacen las ruinas de un antiguo puente medieval y los restos sumergidos de la ermita original de la Virgen de la Nueva, que quedó anegada cuando se construyó el pantano. Aun así, la tradición se mantiene viva: cada Lunes de Pascua, los fieles peregrinan a la nueva ermita, no muy lejos de la original, en una colorida y emotiva romería llamada Los ranchos.
Embalse de Picadas: El rincón secreto de la Sierra Oeste
Unos kilómetros más abajo del río Alberche, el Embalse de Picadas espera, menos conocido y más tranquilo, pero no por ello menos especial. Picadas es ese rincón oculto que invita a la reflexión, a dejar atrás las prisas y disfrutar de un día relajado entre bosques y caminos.
Si San Juan es adrenalina, Picadas es sosiego. Aquí, las áreas recreativas brindan espacios ideales para compartir un picnic en familia o disfrutar de una buena lectura bajo la sombra de los árboles. También es el lugar perfecto para los aficionados al senderismo y el ciclismo que buscan un entorno más recogido, pero igualmente bello.
Las actividades de turismo activo también se adaptan a cada temporada, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de explorar el entorno desde diferentes perspectivas. No importa si es verano o invierno, su belleza y atractivo están presentes todo el año, con un legado histórico que aún late bajo sus aguas y una naturaleza siempre dispuesta a ser descubierta.