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Del cerebro al corazón pasando por los oídos: así afecta la práctica del buceo a tu salud

Del cerebro al corazón pasando por los oídos: así afecta la práctica del buceo a tu salud

El buceo recreativo, aunque es una actividad apasionante que ofrece numerosos beneficios emocionales y físicos, también presenta importantes riesgos médicos si no se toman ciertas precauciones. Esos riesgos van desde una pérdida de la audición hasta daños neurológicos o cardiovasculares, debido a la presión a la que sometemos al cuerpo, por lo que una preparación es siempre esencial a la hora de realizar esta práctica.

Riesgos auditivos: cuidando la salud del oído bajo presión

Los riesgos más comunes relacionados con el buceo suelen tener con los oídos. La Dra. Laura Rodríguez Alcalá, especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Marbella y Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, señala que «la presión del agua genera patologías como el barotrauma del oído medio, debido a una insuficiente ventilación de la trompa de eustaquio, y casos más graves como el barotrauma del oído interno, que pueden derivar en pérdida auditiva permanente o episodios de vértigo».

Dra. Laura Rodríguez Alcalá, especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Marbella y Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar.

Entre otras complicaciones frecuentes, la doctora menciona la otitis externa, conocida popularmente como ‘otitis del nadador’, y las fístulas perilinfáticas, lesiones más graves causadas por cambios bruscos de presión en el oído.

Para prevenir estos problemas, Rodríguez recomienda no bucear con congestión nasal o infecciones respiratorias, evitar el uso de tapones para los oídos y realizar técnicas adecuadas de compensación de presión, como las maniobras de Valsalva o Frenzel. «También es fundamental secar bien los oídos después de cada inmersión y no utilizar bastoncillos; si existe predisposición a infecciones, es preferible recurrir a gotas especiales», añade.

Finalmente, insiste en acudir inmediatamente al especialista en caso de dolor intenso, secreciones auditivas, vértigo o pérdida auditiva tras una inmersión, puesto que una intervención temprana es clave para evitar daños permanentes.

Efectos neurológicos: entre la física y la seguridad

Por su parte, el Dr. Francisco Javier Villanueva, neurólogo del Hospital Quirónsalud Torrevieja, señala que las implicaciones neurológicas del buceo están ligadas especialmente a dos leyes físicas: la Ley de Boyle y la Ley de Henry, que influyen directamente en la disponibilidad y distribución de gases, incluyendo el oxígeno, en el organismo.

Dr. Francisco Javier Villanueva, neurólogo del Hospital Quirónsalud Torrevieja.

«Si no se respetan ciertas normas de seguridad, pueden surgir complicaciones neurológicas serias, como el embolismo arterial gaseoso, derivado de traumas pulmonares causados por cambios bruscos de presión. Este tipo de embolia puede afectar severamente al cerebro», explica Villanueva.

Otro riesgo habitual es la narcosis por nitrógeno, típica de inmersiones superiores a 30 metros de profundidad, que provoca síntomas como somnolencia, lentitud mental e incluso alucinaciones. «Estos síntomas suelen desaparecer al ascender, pero pueden inducir errores críticos durante la inmersión, como ascensos demasiado rápidos o fallos en la descompresión», advierte el neurólogo.

Respecto a los efectos neurológicos a largo plazo, Villanueva señala que aún no existe un consenso médico definitivo sobre si la exposición frecuente a altas presiones afecta permanentemente la memoria o la concentración. Sin embargo, recomienda controles neurológicos periódicos, especialmente en quienes realizan buceos profundos con frecuencia o tienen antecedentes de enfermedad descompresiva.

El especialista concluye enfatizando la importancia de respetar límites de seguridad, no consumir alcohol los momentos previos o posteriores a la inmersión, mantener una buena condición física y evitar cambios bruscos de altitud inmediatamente después de bucear.

Salud cardiovascular: la prevención como medida indispensable

Desde el punto de vista cardiológico, el Dr. Alejandro Pascual, especialista del Servicio de Cardiología del Centro Médico Quirónsalud Alicante enfatiza la importancia de controlar la salud cardiovascular antes de practicar buceo. Según el especialista, las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de accidentes y muertes en buceadores, especialmente en el grupo de edad de entre 50 y 60 años.

Dr. Alejandro Pascual, especialista del Servicio de Cardiología del Centro Médico Quirónsalud Alicante.

«La enfermedad coronaria constituye la principal causa de muerte súbita en buceadores mayores de mediana edad. Por ello, un cribado médico previo adecuado resulta fundamental, especialmente para personas mayores de 45 años con factores de riesgo cardiovascular», afirma Pascual.

Entre las recomendaciones que ofrece están realizar un electrocardiograma de 12 derivaciones y, en algunos casos, pruebas de esfuerzo para descartar problemas cardíacos potencialmente graves. «Identificar una posible isquemia o cualquier patología cardiovascular antes del buceo es crucial, ya que el estrés físico y acuático podría desencadenar eventos cardíacos severos durante la inmersión», subraya Pascual.

Los especialistas coinciden en que practicar buceo recreativo con seguridad implica respetar los protocolos médicos y las normas básicas de seguridad, además de mantener una vigilancia constante ante cualquier síntoma sospechoso.

Como recomendación general, la mejor manera de evitar riesgos es informarse adecuadamente, realizar controles médicos periódicos y actuar rápidamente ante cualquier señal de alarma.