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La Fuerza Invisible de Chocolates Valor: innovación y formación a lo largo de 140 años

La Fuerza Invisible de Chocolates Valor: innovación y formación a lo largo de 140 años

Cada familia tiene sus tradiciones, y para la familia López, esa tradición es el chocolate. En Villajoyosa, Alicante, llevan más de 140 años conservando una receta que ha pasado de padres a hijos, manteniendo intacto un sabor que ha marcado la infancia y las celebraciones de generaciones enteras. Lo suyo no es solo hacer tabletas, sino cuidar un legado familiar en cada paso del proceso.

En esta entrega de ‘La Fuerza Invisible’, proyecto promovido por el Instituto de la Empresa Familiar, el tenor José Manuel Zapata viaja hasta la sede en la que Chocolates Valor conjuga pasión, familia y tradición en cada tableta. Una compañía que ahora lidera Pedro López, actual presidente ejecutivo, guardando un legado de más de un siglo. «Nuestro bisabuelo era chocolatero a domicilio. Nos guiaron a seguir el camino y desde arriba nos siguen empujando», confiesa.

En Chocolates Valor trabajan unas 700 personas, y según López, todas son importantes: «Somos 700 personas, 700 responsabilidades». Para él, tratar bien a todo el equipo y conocer a la gente por su nombre es fundamental: «Intento conocer a todos por su nombre, porque somos personas y llegas más al corazón».

La compañía siempre ha tratado de innovar. En los años 60 apostaron por chocolate negro de alta calidad, cuando otros bajaban la calidad por la crisis económica. Luego, en los 80, abrieron sus propias chocolaterías, y en los 90, comenzaron a fabricar chocolate sin azúcar. Pedro López recuerda cómo su padre fue valiente al ir contra las modas del momento: «La generación de mi padre fue completamente a contracorriente: propuso tabletas grandes, unas onzas características que mantenemos y con la mejor pureza que sabía alcanzar».

Hoy, Valor tiene 35 chocolaterías donde la gente disfruta no solo del producto, sino también de un ambiente especial. Según Pedro López, «tener una taza delante, es algo muy especial, cuando se habla de chocolate, a la gente se le ilumina la sonrisa, provoca buenos momentos. Momentos de placer».

La importancia de la familia formada

Antonio Herrero, responsable comercial de la empresa, explica que, aunque parece sencillo, competir contra las grandes multinacionales no lo es tanto: «No es fácil. Muchos dicen que el chocolate se vende solo, pero cuando compartes mercado con gigantes de la industria todos los días, y el cliente aprecia tanto la calidad, el reto de mejora es constante».

El futuro de Valor lo cuida el Consejo de Familia, que se encarga de preparar a las nuevas generaciones para continuar el negocio. José Cuesta, presidente de este consejo, explica la importancia de tener familiares bien formados dentro de la empresa: «En las empresas familiares, la gestión se puede delegar, pero en el Consejo es importante que haya Familia bien formada». Sobre el interés de sus hijos en el chocolate, Cuesta sonríe diciendo: «Son muy espabilados, tienen buen gusto y les encanta el chocolate. Tienen todos los requisitos para sumarse a la causa».

Además del negocio, Chocolates Valor tiene un gran impacto en el pueblo. Una trabajadora veterana resume así lo que significa la empresa para Villajoyosa: «Hace una labor social muy grande. La ha hecho durante mucho tiempo».

Son los valores y la fuerza invisible que mueve a compañías como Chocolates Valor para seguir siendo leales a su compromiso con la Sociedad tras más de un siglo de vida.