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Olas de calor y trabajo: la necesaria prevención de un riesgo laboral que tiende a subestimarse

Olas de calor y trabajo: la necesaria prevención de un riesgo laboral que tiende a subestimarse

El calor sofocante hace, una vez más, presencia en nuestras vidas. Tal vez, incluso, con más virulencia que en otros periodos estivales, según muestran los registros oficiales. Sudor, incomodidad, dificultad para dormir, sensación de cansancio y de agobio … Todo ello compone un escenario bastante común, pero que, lógicamente, sufrimos más durante las horas centrales del día, que suelen coincidir con nuestra jornada laboral.

Efectivamente, el rendimiento laboral se resiente con estas altas temperaturas, pero sería un error reducir las consecuencias a una falta de confort y una merma en la productividad. De hecho, el efecto es mucho más serio: los accidentes laborales aumentan un 17% durante las olas de calor, una cifra que no es baladí y puede conllevar daños personales de gran calado. Por tanto, la implantación de medidas preventivas se convierte en un requisito innegociable.

Efectos de las olas de calor en el trabajo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) divide los efectos de la exposición al estrés térmico en dos grupos: aquellos más directos o inmediatos, como mareo, fatiga, confusión, insolación o, incluso, el golpe de calor, y los que tienen consecuencias a más largo plazo, como afecciones cardiovasculares, las renales o, también, sobre la salud mental. Al primer grupo, además, podrían vincularse aquellos accidentes que tienen relación directa con los síntomas, como caídas, cortes con maquinaria, etc.

Pero si existe un daño que reclama mayor atención, por su gravedad, es el citado golpe de calor. Esta afección puede llevar a la muerte como, desgraciadamente, se sospecha que ocurrió el pasado mes de junio con una trabajadora del servicio de limpieza que falleció en Barcelona. No es un caso aislado.

Precisamente, los golpes de calor ocurridos en 2022 fueron una de las claves para la creación de un Decreto Ley (el 4/2023), que, entre otros aspectos, introducía una disposición adicional única para la evaluación del riesgo térmico en el ámbito del trabajo. Por otra parte, se regula la prohibición de trabajar al aire libre con temperaturas consideradas extremas. ¿Y qué se considera extremo? Pues, por ejemplo, cuando la AEMET emite avisos de nivel naranja o rojo sobre este parámetro.

En tal caso, la empresa deberá adoptar una serie de medidas, como la propia interrupción, la adaptación de los horarios reduciendo la jornada o redistribuyéndola, la creación de descansos obligatorios, … En definitiva, medidas preventivas que se suman a otras recomendaciones que ha lanzado el INSST (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo) en sus campañas, como asegurar el acceso a la hidratación, proveer de ropa laboral adecuada o limitar el trabajo en solitario.

¿Y en los interiores?

Pese a la tendencia a centrar gran parte de la atención en el trabajo a la intemperie, lo cierto es que el desarrollo de una jornada laboral con calor extremo en oficinas y otros entornos interiores no está exento de riesgos. Sólo hace falta fijarse en lo ocurrido en las comisarías en Zaragoza, que han alcanzado valores de 34 grados, una flagrante violación de la normativa que establece que, en los locales de trabajos sedentarios, la temperatura no debería sobrepasar los 27 grados.

También en estos ámbitos se pueden desencadenar accidentes y enfermedades profesionales por culpa del estrés térmico, además de afectar a la concentración, la productividad y, por supuesto, al bienestar de los trabajadores. A este respecto, además de mantener las condiciones básicas establecidas por la Ley de Prevención y los diferentes reglamentos, muchas empresas están introduciendo sus propias medidas preventivas.

Un caso paradigmático es el de algunas organizaciones cuya actividad está vinculada al entorno online. Diferentes compañías de casino online de España han fomentado el trabajo remoto, añadiendo recomendaciones sobre hidratación y pausas en el trabajo, como parte de la planificación preventiva, que obliga a las empresas a reducir y minimizar los riesgos evaluados. Además del iGaming, también sectores como el de la ciberseguridad, el asesoramiento y otros tantos están dando pasos en este sentido, sobre todo durante las olas de calor.

Claro está que no todas las actividades permiten este tipo de iniciativas. Hay una amplia mayoría de trabajos que requieren la presencia del trabajador en el centro. Pero esto no significa que deba convertirse en una obligación, si las condiciones meteorológicas no lo permiten. Por eso, el Ministerio de Trabajo, el pasado 2024, puso sobre la mesa los llamados Permisos Climáticos Remunerados de hasta 4 días por imposibilidad de acceder al puesto de trabajo (sea por ola de calor u otros fenómenos extremos).

Las previsiones sobre el progresivo aumento de la temperatura y una mayor frecuencia de episodios de calor elevado no son halagüeñas. En este sentido, será necesario seguir poniendo el foco en los riesgos laborales derivados de estos fenómenos e implementar más medidas preventivas que resulten eficaces. Ya nunca más debería subestimarse el peligro de las olas de calor en el ámbito del trabajo.