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La seguridad en el hogar, una prioridad para los españoles

Cada vez son más las personas que toman conciencia de la importancia de proteger su vivienda, algo que ya no solo consiste en evitar robos, sino de cuidar de cosas mucho más valiosas

La seguridad en el hogar, una prioridad para los españoles

En los últimos años, la seguridad ha pasado a convertirse en una de las grandes necesidades de los españoles. Cada vez son más las personas que toman conciencia de la importancia de proteger su vivienda, algo que ya no solo consiste en asegurar los objetos de valor o evitar robos, sino de cuidar de cosas mucho más valiosas: la tranquilidad de quienes viven en el hogar, el bienestar de la familia, y de esa sensación de confianza que nos permite disfrutar del día a día tranquilos. En definitiva, de sentir que lo que les importa está protegido.

De hecho, según los últimos datos del Observatorio Securitas Direct, el 94,7% de los ciudadanos admite sentir cierta inquietud ante la posibilidad de una intrusión. A raíz de esta preocupación, numerosas familias están tomando medidas y apostando por soluciones que les permita vivir sin sobresaltos. Pero no solo hablamos en este caso de la protección de nuestra vivienda habitual, sino también – y en ocasiones, más si cabe – de nuestras segundas residencias, a las que no podemos acudir con toda la frecuencia o prontitud con la que desearíamos.

A este respecto, el final del verano marca un momento clave para este tipo de domicilio, que durante semanas han sido refugio para muchas familias y de repente se quedan vacías con lo que aumenta el riesgo. Y es que las segundas viviendas tienen un 30% más de probabilidad de sufrir un robo que las primeras residencias, precisamente porque pasan mayor tiempo vacías.

Por este motivo, cada vez más propietarios deciden protegerlas instalando alarmas, cámaras conectadas y sistemas que les permiten saber en cualquier momento que todo va bien.

Y aunque todavía un 17% de las segundas viviendas no cuenta con ninguna medida de seguridad, la tendencia es clara: nueve de cada diez propietarios estaría dispuesto a instalar una alarma para sentirse más seguros.

Hoy basta con echar un vistazo al móvil para confirmar en segundos que todo sigue igual que lo dejaste. Los sistemas de seguridad conectados ya no solo protegen, también acompañan. Ofrecen confianza, paz mental y la libertad de disfrutar del presente, sabiendo que el hogar está cuidado, incluso en la distancia.

Momentos clave para la prevención

No todas las viviendas enfrentan el mismo nivel de riesgo. Vivir en un chalet o en una casa adosada puede parecer sinónimo de tranquilidad, pero también implica una exposición mayor. De hecho, el riesgo de intrusión en este tipo de vivienda se duplica en comparación con los pisos. Mientras que en los apartamentos la cerradura suele ser el punto más vulnerable, en las casas unifamiliares los accesos por vallas, balcones o azoteas se convierten en las rutas preferidas por los amigos de lo ajeno.

Y es que las técnicas de intrusión también han evolucionado con el tiempo. Ya no se trata solo de forzar una puerta. Hoy en día, métodos como el bumping, capaz de abrir cerraduras en segundos, o el impressioning, que permite replicarlas sin dejar rastro, se suman a las herramientas más tradicionales como las ganzúas, resbalones o el simple escalo. Conocer estas técnicas es el primer paso para estar un paso por delante y reforzar los puntos débiles del hogar.

La tranquilidad de contar con la tecnología

Actualmente, la mayor parte de los hogares en España ha dado algún paso hacia la protección. El 85,3% de ellos cuenta con algún tipo de medida de seguridad: las puertas blindadas lideran las listas con un 47,9%, le siguen los videoporteros con cámara (32%), las rejas en ventanas (25,4%) y las alarmas conectadas a centrales de vigilancia (22,7%). Incluso las cerraduras inteligentes, que hasta hace poco parecían cosa del futuro, comienzan a abrirse camino: ya están instaladas en el 8,6% de las casas. Poco a poco, la tecnología se va integrando en nuestra vida cotidiana, aunque no sin ciertas reservas.

Y es que la tecnología aún genera dudas: el 54% de los encuestados no confiaría en la inteligencia artificial (IA) sin supervisión humana y solo un 12% dejaría su hogar en manos de un robot. Sin embargo, la confianza de los ciudadanos crece en los sistemas que combinan lo digital con la intervención profesional de personas. Esta fórmula aporta lo mejor de ambos mundos: innovación y el mejor servicio humano.

Más que estadísticas: confianza y bienestar

Al final del día, lo más importante de reforzar la seguridad en casa es el impacto emocional: la calma de dormir sin sobresaltos, la libertad de salir de viaje sin llevarse preocupaciones en la maleta y la confianza de dejar que los niños jueguen tranquilos.

Reforzar la seguridad en casa va mucho más allá de proteger paredes y objetos. Es una inversión directa en la calidad de vida. Porque cuando el hogar está seguro, también lo están los momentos que se viven dentro.