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De viaje a San Martín de Valdeiglesias: en busca de naturaleza, historia y buen vino

De viaje a San Martín de Valdeiglesias: en busca de naturaleza, historia y buen vino

Castillo de la Coracera de San Martín de Valdeiglesias. | Comunidad de Madrid

Si te gusta el vino y buscas una escapada cerca de Madrid, San Martín de Valdeiglesias es un destino ideal. A menos de una hora en coche, este lugar ofrece una experiencia completa: naturaleza, gastronomía, actividades al aire libre y, sobre todo, buen vino. Situada en la Comarca Oeste de la Comunidad de Madrid, los nueve municipios que forman parte de esta subzona suponen un atractivo ideal como parte de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.

En San Martin de Valdeiglesias, entre suelos de granito y altitudes que superan los 800 metros, se cultiva principalmente garnacha, una uva que se adapta perfectamente al terreno y da lugar a vinos con carácter, frescos, expresivos y cada vez más reconocidos fuera de la región.

Con una tradición vitivinícola que se remonta al siglo XII, San Martín de Valdeiglesias ha vivido en los últimos años un renacer gracias al enoturismo. Las bodegas de la zona no solo producen vino: abren sus puertas, cuentan sus historias, enseñan el viñedo y muestran al visitante que aquí el vino se entiende desde la tierra y el respeto por el entorno.

Tres bodegas, tres estilos, una misma tierra

La bodega Las Moradas de San Martín fue una de las primeras en apostar por el enoturismo serio en la zona. Fundada a finales de los años 90 para recuperar viñas centenarias, hoy ofrece visitas completas con catas, recorridos por el viñedo y propuestas originales como la cata bajo las estrellas, una de las experiencias más recomendadas para quienes buscan conectar con el entorno de manera diferente.

©Mario F. Lopez 

Valleyglesias, más artesanal, propone una experiencia cercana y didáctica. Aquí las catas se hacen directamente desde los depósitos, se explica el proceso completo de elaboración y se respira ese ambiente familiar que tanto valoran los visitantes. Además, sus vinos de garnacha y albillo real son cada vez más valorados por los sumilleres madrileños.

La tercera parada, Tierra Calma, representa la nueva ola. Abierta en 2021, esta bodega apuesta por la garnacha de parcela, la mínima intervención en bodega y una puesta en escena muy cuidada. Las visitas incluyen un paseo guiado por la finca, la cata en el porche con vistas a la sierra y un trato tan cercano que uno se siente más invitado que cliente.

Bodega Valleyglesias.

Naturaleza, historia y algo más que vino

San Martín de Valdeiglesias ofrece mucho más que vino: su marcada identidad rural se refleja en cada rincón del municipio, invitando a explorar su riqueza patrimonial. Entre los lugares imprescindibles destaca el castillo de la Coracera, una fortaleza del siglo XV que, tras cuidadosas restauraciones, se encuentra en excelente estado de conservación y permanece abierto al público para visitas guiadas y eventos culturales. Mandado construir por Don Álvaro de Luna y posteriormente vinculado a distintas casas nobiliarias, este castillo es hoy uno de los ejemplos más representativos de arquitectura defensiva medieval en la Comunidad de Madrid.

Muy cerca, en el municipio de Pelayos de la Presa, se encuentra el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, una joya del románico-mudéjar que estuvo a punto de desaparecer y que, tras años de restauración, ha recuperado su esplendor. Las visitas se pueden concertar, y algunas bodegas ofrecen packs que combinan vino y cultura.

Los amantes de la naturaleza también tienen su sitio aquí. El embalse de San Juan, el único con dos playas autorizadas para el baño en la Comunidad de Madrid, es perfecto para relajarse, practicar kayak o paddle surf. Para los más pequeños, el Bosque Encantado es un plan divertido y educativo: un jardín botánico con más de 300 esculturas vegetales que sorprende por su creatividad.

Beber bien, comer mejor

La gastronomía es uno de los grandes atractivos del entorno. En San Martín y pueblos cercanos (como Cadalso de los Vidrios, Rozas de Puerto Real o Villa del Prado) se puede disfrutar de platos tradicionales madrileños como migas, sopas de ajo, cordero lechal, chorizos a la brasa o judiones con oreja. Muchos restaurantes de la zona trabajan con producto local y ofrecen menús maridados con vinos de la tierra.

En definitiva, un destino ideal para quienes buscan una escapada tranquila, cercana y auténtica. Aquí no hay prisas, ni colas, ni turismo de masas. Hay vino, campo, tradición y hospitalidad.