A veces, el cambio comienza con una simple decisión: mirarse al espejo y reconocer que ha llegado el momento de mejorar nuestros hábitos. Así empezó la historia de Pilar, madrileña de 44 años. Un día decidió que había llegado el momento de cuidarse de verdad. «En cuatro meses perdí catorce kilos. Es importante tener claro que, si cambias tus hábitos alimenticios y de vida, te vas a sentir mejor, más ágil, y tu salud lo va a agradecer mucho», cuenta.
Tras acometer uno de los grandes cambios de su vida, habla del proceso con una mezcla de orgullo y equilibrio: «No hay que preocuparse si algún día te excedes, nosotros tenemos muchos eventos y no pasa nada, luego se remonta. Además, siempre dentro de los eventos puede haber opciones más sanas. En definitiva, es un cambio en el que me he sentido mucho mejor tanto física como mentalmente, gracias a Naturhouse».
Su historia está entrelazada con la de Óscar, su pareja, que fue quien se animó primero a dar el paso. «En dos meses perdí once kilos con mucho sacrificio, aunque poco sufrimiento. Y es que el sacrificio dura noventa días, está estudiado; es lo que tardamos en convertir algo en hábito. A partir de ahí, acaba siendo algo cotidiano».
Antes de empezar, cuenta, no tenía conocimientos sobre el equilibrio de las calorías ni sobre la importancia de las proteínas. «Durante los últimos años había acumulado kilos hasta el punto de pesar setenta y nueve. Las analíticas salían mal, tenía el colesterol a 140, me sentía cansado, había dejado de hacer deporte y poco a poco fui mermando. Estaba apático». Pero con el tiempo, su enfoque cambió. «Al ir perdiendo peso, aprendí a aplicar conocimientos sobre la dieta en mi día a día, y eso es lo que más valoro. Mentalmente he tenido un cambio brutal: me levanto alegre, duermo más profundamente, los análisis vuelven a salir bien y practico mucho deporte. Más allá del cambio físico, detrás está la educación alimenticia y el impacto mental de haber establecido un método de vida».
Quien acompañó a Pilar y Óscar en todo este proceso fue Mabel, propietaria del centro Naturhouse de Moratalaz, que recuerda su historia con enorme cariño. «Primero empezó Óscar, consiguió unos resultados magníficos, se sentía mucho mejor física y psicológicamente y esa capacidad de atracción llevó a Pilar a venir también a conocer Naturhouse, a dejar en nuestras manos su alimentación. Empezó a correr y hacer deporte, que era algo antes impensable para ella. Ambos tienen una vida social muy activa y, aun así, han logrado sus objetivos. La alegría y energía que han transmitido es maravilloso verlo semana tras semana, cómo querían avanzar y hasta dónde han llegado. Ahora no se permiten coger dos kilos sin volver a quitárselos, estoy muy orgullosa de ellos», cuenta.
Un acompañamiento a lo largo del proceso
Historias como la suya reflejan la esencia de Naturhouse, una marca con más de 30 años de experiencia en nutrición y reeducación alimentaria. Su método se basa en tres pilares: seguimiento personalizado, asesoramiento profesional y productos naturales que acompañan la pérdida de peso y ayudan a mantener los resultados. No se trata de dietas rígidas ni de prohibiciones, sino de aprender a comer bien, a reconocer los alimentos que benefician al cuerpo y a establecer rutinas que puedan mantenerse en el tiempo.
El proceso empieza siempre con una primera consulta gratuita, donde se analiza el peso, la composición corporal y los hábitos de la persona. A partir de ahí, el equipo de dietistas-nutricionistas elabora un plan personalizado que se ajusta semana a semana según la evolución de cada cliente. Este seguimiento constante es una de las claves del éxito del método: permite detectar a tiempo los pequeños retrocesos, mantener la motivación y celebrar los avances. Además, los complementos naturales —a base de plantas, fibras o extractos vegetales— ayudan a controlar el apetito, mejorar la digestión o facilitar el drenaje de líquidos, siempre como apoyo a una alimentación equilibrada.
Para los nuevos clientes, el mayor atractivo suele ser la cercanía y el acompañamiento. En Naturhouse no se trata solo de perder peso, sino de ganar bienestar. Los dietistas escuchan, orientan y enseñan a tomar mejores decisiones, tanto en casa como fuera. Las visitas semanales se convierten en un espacio de motivación, donde cada paso cuenta.
Ya no se trata solo de números en la báscula, sino de bienestar, salud y alegría. Como resume Pilar, «esto no ha sido una dieta, ha sido un cambio de chip. Y cuando te sientes bien, todo lo demás viene solo».