Santander entra en diciembre con un objetivo claro: que el visitante sienta la Navidad desde el primer paseo. La ciudad, de tamaño medio y muy manejable, concentra en su centro histórico y comercial gran parte de la programación navideña, lo que permite recorrerlo todo a pie y enlazar planes sin depender del coche.
El encendido de luces en la Plaza del Ayuntamiento abre un calendario de actividades que llena de vida calles y plazas. A pocos metros, la Plaza Porticada se convierte en un gran punto de encuentro con pista de hielo y atracciones infantiles, mientras que en la Plaza de Alfonso XIII la propuesta “PequeNavidad” despliega rampa de trineos, hinchables, tren y jumping para el público familiar.
La Plaza de Pombo acoge el tradicional Mercado de Navidad, con más de 40 puestos de artesanía, moda, joyería, juguetes, cosmética o decoración, abierto cada día hasta el 6 de enero. Un formato que combina compras, paseo y gastronomía local en pleno corazón urbano.
Tradición, cultura y rutas para descubrir la ciudad
El programa ‘Santander es Navidad’ suma a las atracciones y mercadillos una amplia agenda de talleres infantiles, juegos y actividades en calles como Juan de Herrera, San Francisco o la propia Plaza del Ayuntamiento.
A ello se añaden los espacios culturales que marcan el skyline de la ciudad: el Palacio de La Magdalena, antigua residencia real; el Centro Botín, diseñado por Renzo Piano frente a la lámina de agua de la bahía; el Palacio de Festivales o las naves de Gamazo, sede de la colección ENAIRE de arte contemporáneo. Todos ellos permiten completar la escapada con exposiciones, conciertos y propuestas culturales durante el invierno.
La ruta de belenes, con cerca de 50 montajes repartidos por la ciudad y un belén marinero en la Plaza del Ayuntamiento, añade un guiño muy local a la experiencia navideña, con especial protagonismo para la Catedral y su belén viviente.

Una bahía única y un geoparque que amplían el viaje
El gran valor diferencial de Santander en estas fechas sigue siendo su entorno. La Bahía de Santander forma parte desde 1997 de la Asociación de las Bahías más bellas del mundo y está considerada el mayor estuario de la costa norte de España, con playas urbanas, puertos históricos y paseos que miran directamente al mar.
Desde los Jardines de Pereda hasta la Península de La Magdalena, el visitante encuentra miradores naturales que permiten disfrutar de la luz invernal, de las vistas a las montañas y de una sensación muy característica del Cantábrico: ciudad y paisaje se perciben como un solo escenario.
A escasos minutos, el Geoparque Mundial de la UNESCO Costa Quebrada, que integra a Santander y otros siete municipios costeros, brinda una experiencia complementaria: acantilados, calas y playas donde la geología se observa a simple vista y donde se organizan rutas interpretativas y jornadas divulgativas durante todo el año para acercar este patrimonio al visitante.
Gastronomía, mercados tradicionales y destino cómodo todo el año
La capital de Cantabria se apoya en una gastronomía muy vinculada al producto local: pescados y mariscos del Cantábrico, mercados tradicionales como el de la Esperanza y una restauración en constante evolución que refuerza la experiencia del viajero.
Con una estructura turística consolidada y un esfuerzo sostenido en accesibilidad, Santander se presenta en Navidad como un destino que combina luces, cultura, sabor y naturaleza en una misma escapada, con la ventaja añadida de una ciudad fácil, cercana y pensada para disfrutarla caminando.
