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La innovación abierta y el talento de las personas, aceleradores clave de la transición energética

Moeve y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) se unen con la Alianza de Innovación en Moléculas Verdes, que impulsará actividades y formación en tecnologías en transición energética

La innovación abierta y el talento de las personas, aceleradores clave de la transición energética

Presentación del acuerdo entre Moeve y la UPM.

La transición energética requiere innovación abierta y colaboración. Detrás de cada avance tecnológico hay algo mucho más sencillo y, a la vez, más difícil de conseguir: unir al talento de las personas para hacerlo posible.

No basta con tener la mejor tecnología; hace falta que alguien sepa diseñarla, operarla, mantenerla y llevarla al mercado. Por este motivo, nace la Alianza de Innovación en Moléculas Verdes de Moeve y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que comienza con una cátedra conjunta pionera e impulsará actividades de innovación y formación en tecnologías vinculadas con el hidrógeno verde, combustibles sintéticos o e-fuels y biocombustibles de segunda generación (2G), que fomentan la transición energética en sectores de difícil electrificación, como la industria pesada, la aviación o el transporte marítimo.

«La innovación abierta nos permite acelerar la transición energética. Con esta alianza conectamos el ámbito empresarial y académico, y el talento joven con el más experimentado, para compartir ideas que podamos convertir en proyectos reales que generen impactos positivos en la sociedad», destaca Jesús Montes, responsable de Procesos Tecnológicos de Innovación de Moeve.

Por medio de esta alianza se desarrollarán proyectos y áreas de conocimiento en torno a la producción de biocombustibles 2G, procedentes de residuos orgánicos como el aceite de cocina usado; y e-fuels, generados a partir de hidrógeno verde. También se abordarán tecnologías, que Moeve ya está impulsando, como la captura y transformación de CO2, para la producción de hidrógeno verde y otros proyectos vinculados con la química y la movilidad sostenibles.

Para producir combustibles sintéticos, por ejemplo, se necesitan ingenieros capaces de trabajar con tecnologías de hidrógeno verde y sistemas de captura y transformación de CO₂. Lo mismo ocurre con los biocombustibles 2G, la digitalización, la robótica aplicada o la inteligencia artificial (IA). La alianza entre Moeve y la UPM lo reconoce abiertamente: la transición no es solo una cuestión de infraestructura, sino de conocimiento y especialización continua.

Formación en moléculas verdes

Esta necesidad de nuevas competencias está obligando a renovar por completo la forma en que se forman tanto los profesionales que ya trabajan en el sector como los que están por llegar. Por eso el acuerdo incluye desde programas conjuntos de formación y proyectos ligados directamente a los desafíos reales de la transición energética. El objetivo es poner la innovación y la tecnología al servicio de las personas.

La colaboración público-privada aparece aquí como un ingrediente imprescindible. En la presentación de la alianza participaron responsables institucionales del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que subrayaron la importancia de crear espacios donde empresas, universidades y administraciones puedan alinear necesidades laborales, acelerar la innovación y multiplicar la disponibilidad de talento cualificado. Sin ese puente, las compañías avanzan más despacio y la academia corre el riesgo de formar profesionales desconectados del mercado.

El impulso de la innovación abierta es también un motor para atraer y desarrollar talento con proyectos pioneros o con startups y tecnologías emergentes, para crear un ecosistema colaborativo que nos permita avanzar hacia la transición energética y la sostenibilidad.