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'El hombre invisible' o por qué somos lo que somos cuando nadie nos ve

Llega a Rakuten TV la última y estupenda adaptación del personaje y te lanzamos una pregunta: ¿qué harías si fueras invisible? Las mejores respuestas tienen premio: participa en nuestras redes

'El hombre invisible' o por qué somos lo que somos cuando nadie nos ve

Blumhouse | Rakuten

La misma pregunta. A los postres de nuestro podcast Café vienés, Miguel Ángel Quintana Paz siempre plantea la misma pregunta: ¿qué harías si fueras invisible? Y en realidad la pregunta es otra: ¿de qué serías capaz si nadie te viera, si te supieras impune y descargado de ese incordio llamado ética? Quintana lo propone de otra manera, con una aclaración previa, con mejor gusto, con el mito del anillo de Giges como juego: esa sortija que recuerda Platón en su República y proporciona la virtud o la maldición de la invisibilidad. El invitado del podcast, quien sea, debe responder con sinceridad y sin ambages: se paga a céntimo por euro que la respuesta será una maldad. Pero sólo porque la pregunta es una carretera de dirección única: el ser humano es así por naturaleza y hay poco que discutir al respecto.

¿A qué viene todo esto? En algún momento llegaremos a la cuestión de fondo, que es el desembarco de la interesantísima El hombre invisible (Leigh Whannell, 2020) en RAKUTEN TV, pero haremos un par de paradas por medio. La primera, en el magnífico H. G. Wells, el autor de La máquina del tiempo y La guerra de los mundos, que imaginó en su novela de 1897 al hombre invisible tal y como lo conocemos ahora. ¿Cómo arrancaba? Un tipo misterioso llega muerto de frío a un hospedaje donde no se esperan visitas, ruega alivio para su sufrimiento, que le dejen lo más cerca del fuego. La casera es feliz: llegó un cliente. La satisfacción es breve: la casera sospecha que no hay piel a la vista y que es un huraño, un ser que plantea más dudas que certezas.

Esas dudas requerirán un tiempo, no tanto, para irse desvelando. El destino miserable de este hombre se resuelve en una novela exquisita y fundacional, profundamente inspiradora y creadora de un mito. Igual que conocemos a Drácula por Stoker, conocemos al hombre invisible por Wells. O por lo menos él puso la semilla: luego el mito voló por su cuenta en incontables películas. Ahí llegamos a la segunda parada. Será breve.

¿De qué serías capaz si nadie te viera?

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Encontramos al primer hombre invisible en 1933, por obra y gracia de James Whale, que ya había adaptado Frankenstein. Encontramos varios en los 40, de la mano de Universal y con Vincent Price en un par de títulos. Encontramos una versión japonesa en los 50 y una versión rusa en los 80. Mucha serie B, alguna comedia, la peor película del maestro Carpenter, la icónica escena de una violación que rodó Paul Verhoeven en El hombre sin sombra. Y en 2020, ¡vamos allá!, abrazamos una visión renovada del mito, por distintas razones. Un hombre invisible que sirve como pretexto para contar una historia de violencia doméstica y obsesión, una mente retorcida y diabólica, una historia de la invisibilidad como metáfora de algo más.

Cuenta Leigh Whannel que la película le llegó como un ofrecimiento de Universal y la Blumhouse, confiesa que nunca antes había pensado en el hombre invisible como unos de sus personajes. Sin embargo, algo despertó su curiosidad: algo le llevó a decir sí. «En ese mismo momento», cuenta, «se me ocurrió cómo podía modernizar el personaje y conseguir que volviera a ser terrorífico». Whannel centró la mirada en la víctima y no en el verdugo, en la mujer secuestrada y no el científico maniaco, en una persecución que supera las barreras de la vida y de la muerte, que se transforma en una historia de fantasmas que no se ven, pero que están ahí, siempre cerca. Dice Whannel que focalizó en la víctima por una razón: «Cuando conoces demasiado a tu villano, su poder acaba diluyéndose».

Juega el director constantemente con nosotros: nos muestra con la cámara la nada, quiere que sintamos la ansiedad de la víctima –Elisabeth Moss; June en El cuento de la criada–, que sabe que el villano está y no está. Porque no podemos verlo, así que quién sabe. Sólo cuando pierde los nervios o huele la sangre ataca, en un sentido no tan figurado; el conflicto se desarrolla en una angustiosa espera. No queda mucho del primer hombre invisible en el último; conserva al científico que nos plantea los límites del progreso tecnológico, el hecho en sí mismo de que únicamente lo vemos cuando quiere que lo veamos. Es un punto de vista interesante: una perspectiva renovada, llena de vida, a la espera de otros espectadores y con la vocación de prolongar la leyenda. Whannel, en su juego, nos hace extensible la pregunta: ¿dónde está nuestro límite cuando nadie nos ve?

Estas son las 10 respuestas ganadoras del concurso que lanzamos en redes sociales para hacerse con un código y ver la película. Les preguntamos: ¿qué es lo primero que harías si fueras invisible? 

  • @bea_lozan: Si yo fuera la mujer invisible… espiaría a políticos (y al rey) sospechosos de corrupción para escuchar sus conversaciones privadas y conocer la verdad.
  • @maxiborss91: Convertirme en el nuevo V de Vendetta versión mejorada.
  • @Mssbae: Si fuera invisible acompañaría a Beyoncé en su día a día: viajes, conciertos, vacaciones, vida en casa… Y viviría una doble vida conociendo a la diva pero también presenciando su faceta más humana . También me dedicaría a poner piedras de todos los tipos, formas, tamaños y colores a Maduro en su camino desde el momento en que se levantase hasta que se fuera a acostar.
  • @i_silla: Vendería mis servicios a la CIA, CNI, Mossad, MI6 y a cualquiera que me compre por un par de hamburguesas y cuatro patatas. «La mercenaria de la fritura», me haría llamar.
  • @eestefania889: ¡Me colaría en los aviones para poder visitar mi ciudad cada vez que necesitara un achuchón de los míos!
  • @sergio_lg7 Yo me colaría en la redacción de TO para ver cómo se trabaja en la redacción y aprender de los mejores.
  • @fabio_garridoc: Sin duda… colarme en una fábrica de jamones y no salir nunca, concretamente en la sala de envasados.
  • @luisafguedez: Oiría todas las conversaciones posibles de niños jugando en algún parque.
  • @candelamarlo: ¡Hacer una ruta de restaurantes con Estrella Michelín!
  • @mamme22: Si fuera invisible iría a sitios donde sé que probablemente nunca podré ir a visitar… Y a sitios donde no me dejarían entrar así como a así.

Estate atento a nuestros próximos concursos de la mano de RAKUTEN TV.

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