Es sabido que la nutrición juega un papel vital en la prevención de enfermedades, pero también puede ser el mejor aliado en las fases de recuperación durante un tratamiento oncológico. Los efectos secundarios de la quimioterapia pueden ser aliviados con una dieta saludable, variada y equilibrada, manteniendo al sistema inmunológico fuerte y permitiendo a los pacientes tener una mejor calidad de vida.
Una alimentación basada en frutas y verduras, proteínas, cereales y lácteos supone el mejor aliado contra los efectos secundarios de la quimioterapia. Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, destaca los beneficios. En primer lugar, porque ayuda a prevenir lesiones en tejidos específicos y facilitar la reconstrucción de aquellos que se han dañado debido al tratamiento. Si es inadecuada, el organismo recurre a los nutrientes almacenados como fuente de energía, lo que a largo plazo puede provocar malnutrición. Esto debilita las defensas naturales, haciéndonos más susceptibles a infecciones.
Los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, suelen causar efectos secundarios que dificultan seguir una dieta normal, llevando a deficiencias nutricionales. Por eso, es crucial adaptar la dieta a estas nuevas circunstancias. La especialista señala que uno de los efectos secundarios más frecuentes es la pérdida de apetito (anorexia), que suele ir acompañada de una pérdida de peso y proteínas, fundamentales para la reparación de tejidos.
Para contrarrestar esto, se recomienda comer pequeñas cantidades con frecuencia, cada una o dos horas, y consumir alimentos ricos en proteínas como queso, leche entera, huevos, carne, pescado, y en calorías como frutos secos, miel y azúcar. También es importante evitar líquidos durante las comidas y realizar ejercicio ligero para estimular el apetito.
Alimentación contra la mucositis
La inflamación de la mucosa de boca y garganta (mucositis) es otro efecto común, que puede mejorar en una o dos semanas post-tratamiento si no hay infección. Para aliviar las molestias, se debe mantener una higiene bucal extrema, realizar enjuagues de bicarbonato o manzanilla, y optar por alimentos blandos como purés, yogures y frutas suaves. Es crucial evitar alimentos irritantes, salados y duros.
Los tratamientos también pueden dañar las papilas gustativas, alterando el sabor de los alimentos. Para manejar esta alteración del gusto y olfato, es útil realizar enjuagues bucales antes de comer, sustituir la carne roja por pollo, pavo o legumbres, y usar cubiertos de plástico si se siente un sabor metálico.
Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios frecuentes en la quimioterapia, que pueden aparecer temprano o tarde tras el tratamiento. Para manejar las náuseas, se aconseja comer pequeñas cantidades varias veces al día, evitar olores fuertes y comidas grasas, beber líquidos fríos a sorbos y descansar después de comer. En caso de vómitos, es importante realizar una dieta blanda y suave tras 24 horas sin vómitos, y beber agua en pequeños sorbos para evitar la deshidratación.
El estreñimiento es otro síntoma común debido a cambios en la dieta, falta de ejercicio y ciertos medicamentos. Para aliviar el estreñimiento, se debe beber líquidos abundantemente, consumir alimentos ricos en fibra como pan integral, frutas y verduras, realizar ejercicio suave diario como caminar, mantener un horario fijo para ir al baño y no ignorar la necesidad de evacuar.
No olvidar el ejercicio físico
Además de una dieta adaptada, es importante practicar ejercicio físico durante el tratamiento oncológico. Siempre se debe consultar con el médico para determinar qué tipo de actividad es adecuada para cada situación.
Enfrentar un diagnóstico de cáncer es un desafío monumental, pero con la dieta adecuada y el apoyo médico correcto, es posible mantener la fuerza y el bienestar durante el tratamiento, lo que supone una gran diferencia en la calidad de vida y recuperación.