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¿Quiénes son los científicos que están diseñando un futuro sin humo?

La investigación y el desarrollo científico como pilar clave a la hora de reducir el daño asociado al cigarrillo

¿Quiénes son los científicos que están diseñando un futuro sin humo?

Foto: Philip Morris International

Hay un lugar donde nunca imaginaríamos que trabajan científicos: en la mayor tabaquera del mundo. Sin embargo, aunque de primeras podría parecer una contradicción, estos científicos están en el centro de la innovación, dibujando el futuro sin humo que nos espera. Hablamos de El Cubo, el centro de investigación de I+D que Philip Morris International (PMI) tiene en Suiza. Serge Maeder, David Sciuscio, Gizelle Baker y Patrick Picavet son los nombres tras algunas de las mentes que están diseñando este futuro sin humo. Un equipo internacional de científicos de renombre que desarrolla los últimos avances tecnológicos para reducir el daño que causa el cigarrillo.

La vocación científica es evidente en estos profesionales. El Dr. Serge Maeder, director de investigación de producto, siempre quiso entender cómo funciona el mundo y según cuenta: “Hasta donde puedo recordar, siempre quise ser científico”, y ahora su trabajo en El Cubo es la máxima expresión de esta vocación, al dedicarse a investigar para crear productos que reducen el riesgo de daño para los fumadores adultos.

El Dr. Davide Sciuscio, a cargo del programa de diseño de productos de reducción de riesgo, descubrió su fascinación por la toxicología desde una edad temprana, mientras que Gizelle Baker, Vicepresidenta de Compromiso Científico Global, eligió la investigación como su forma de poder hacer una aportación a la sociedad: «Cuando estaba considerando dedicarme a la profesión médica, pensé que investigar para proporcionar a los médicos la evidencia para ayudar a tomar decisiones en beneficio de sus pacientes podría tener un gran impacto en la salud de la población».

Patrick Picavet, director médico de la compañía, encontró su vocación en la parte técnica de la medicina y la innovación. Trabajando en cuidados intensivos, se sintió atraído por la tecnología y la innovación que siempre están unos pasos adelante en el campo médico.

Usar la ciencia para reducir el daño del tabaquismo

Un ejemplo de vocación es también la Dra. Moira Gilchrist, vicepresidenta de Comunicaciones Estratégicas y Científicas que se unió a Philip Morris en 2006 como Directora de Excelencia Operativa (Investigación y Desarrollo). De origen escocés, tiene un doctorado en Ciencias Farmacéuticas y una licenciatura en Farmacia de la Universidad de Strathclyde en Glasgow, Escocia. Antes de unirse a la empresa tabaquera, trabajó en la industria farmacéutica.

En Philip Morris, la Dra. Gilchrist ha desempeñado diversos roles, y su principal propósito siempre ha sido el de reducir el riesgo del daño del tabaco. «No podemos ayudar en eliminar el riesgo, pero sí en reducirlo», admite. «Después de varios años de estudios científicos, sabemos que es la combustión la que genera la mayoría de los químicos dañinos que luego provocan las enfermedades relacionadas con fumar. Por eso, nuestro enfoque es el de eliminar la combustión para desarrollar productos que liberan nicotina, que no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con fumar», explica. Es un propósito compartido por todo el equipo científico de Philip Morris.

Gilchrist confía en «la ciencia detrás de nuestros productos porque hemos revisado la evidencia. Pero es importante que la gente no confíe simplemente en nuestra palabra. En PMI practicamos lo que llamamos transparencia agresiva en nuestros hallazgos y protocolos de investigación. Esto significa que invitamos a otros a que analicen nuestros procesos y datos y se unan a una conversación basada en hechos sobre los nuestros productos». Años y años de investigación que, en definitiva, demuestran que «los productos libres de humo de PMI, si bien no están libres de riesgos, son una opción mucho mejor que los cigarrillos para adultos que de otro modo continuarían fumando», defiende.

«Quizás esto sea lo más bonito de la ciencia: que, cuando se construye sobre bases sólidas y está dirigida por personas tenaces y talentosas que no temen al fracaso, puede conducir a innovaciones capaces de cambiar el mundo», concluye.

«Los empresarios deberían pensar más como científicos»

«El éxito se alimenta del fracaso. Detrás de cada gran idea hay prototipos que no funcionaron pero que llevaron a investigaciones de mente abierta, sentando las bases para la innovación que triunfó», explica Dra. Moira Gilchrist. Ese éxito radica siempre en la investigación científica: «Una vida en la ciencia me ha enseñado que los retrocesos son un paso necesario en el camino hacia el éxito, pero sólo si podemos seguir siendo curiosos acerca de las causas».

«En Philip Morris International», explica, «la ciencia es el núcleo de nuestra transformación empresarial. Mi empresa reconoce la importancia de asumir riesgos y aprender de los errores, dos conceptos que están en el centro de la innovación». «Los empresarios deberían pensar más como científicos», proclama.

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