Miguel Herrero de Jáuregui es profesor de Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid y especialista en literatura, filosofía y religión de la Grecia antigua y en la recepción de la cultura clásica en el cristianismo antiguo y la modernidad. Así, los próximos 29 y 30 de abril impartirá el curso ‘Atenas, Roma y Jerusalén. La cristianización del mundo antiguo’ con el que pretende explicar la síntesis de las tradiciones religiosas, culturales e institucionales griegas, romanas y judías que conforman el surgimiento del cristianismo y su extensión y triunfo en el mediterráneo antiguo. Doctor en Clásicas e Historia de las Religiones, y formado como investigador en el Max Planck Institut, Harvard, Oxford (Christ Church), Zúrich y Bolonia (Real Colegio de España), Miguel Herrero de Jáuregui es autor de obras como Tradición órfica y cristianismo antiguo (2007), Política de Aristóteles de Juan Ginés de Sepúlveda (2013), y Focílides de Mileto: Sentencias (2018). Además es Fellow de Aspen Institute España y colaborador de The Objective.
¿Por qué se llama así el curso?
Atenas, Roma y Jerusalén son metáforas para esas tres tradiciones griega, romana y bíblica. Hay una frase famosa de Tertuliano que dice: «¿Qué tiene que ver la Academia y la Iglesia, los cristianos y los herejes, Atenas y Jerusalén?». Y la respuesta de buena parte de los autores de los cinco primeros siglos es que tienen todo que ver, como ya sabía el propio Tertuliano.
¿Por que triunfó el cristianismo mientras otras religiones fracasaron?
Esa es una buenísima pregunta, y es precisamente porque el cristianismo es la única de las múltiples religiones que competían en el Imperio Romano entre sí en la que la fusión de la tradición monoteísta de origen bíblico, la tradición institucional romana y la tradición filosófica griega se fusionan en absoluto. Y esto solo ha pasado en el cristianismo.
¿Y podría haber sido de otro modo o era inevitable que hubiese sido así?
Claro que podría haber sido de otro modo, y de hecho esas tres tradiciones no se producen sin múltiples víctimas en el camino que trataron que fuera de otro modo. El gnosticismo, en el siglo II, y todo lo que fueron consideradas herejías en el siglo III y IV son intentos de que sean de otro modo. Precisamente, el resultado que tenemos es consecuencia de todas esas luchas internas.
¿Qué prevalece más en el cristianismo, el elemento griego, judío o romano?
Depende de la época, del autor y del momento. Hay corrientes en las que prevalece el elemento helenístico y otras el elemento judío, por ejemplo. Pero creo que en realidad no se puede decir que haya una raíz única o prevalente sobre las otras dos sino que es una trenza entre esos tres vectores que va tomando diferentes formas pero en las que no se pueden deslindar las tres patas. Y por eso la tradición bíblica, griega y romana dan forma a un resultado único, que es el cristianismo.
¿Cuáles son las figuras más importantes que vas a tratar en el curso?
Antes hablaba de Tertuliano, y como Tertuliano hay otros 10 autores que podremos mencionar, desde los apologistas del siglo II a los grandes padres de la Iglesia, como Agustín o Gregorio de Nisa en el siglo IV y V. Y, por supuesto, partiremos de la redacción de los Evangelios en el siglo I en torno a la figura de Jesús de Nazaret.
En resumen, ¿a quién puede interesar?
A todos aquellos a quienes importe el origen histórico del cristianismo como religión, y la historia de las religiones más en general. No es requisito necesario saber latín y griego, sino simplemente, estar interesado en la cristianización del mundo antiguo. Los textos que veremos serán en traducción, y esto apela a aquellos que les interese la historia de una religión que está absolutamente viva.