No lea, emociónese
Ocurre con el Nobel de Literatura que los análisis posteriores se adaptan extraordinariamente al fallo, ahorrando el trabajo a periodistas y críticos: en el veredicto está la conclusión. A Dylan, ha dicho el jurado, se le concede el Premio Nobel “por haber creado un nuevo modo de expresión poética integrada en la gran tradición de la canción americana”. Uno podría añadir alguna cosa más, pero parece evidente que los suecos han querido premiar la música, como el año pasado, con Alexiévich, se premió “al fin” el periodismo. El reconocimiento a Dylan es perfectamente coherente con la evolución de un galardón que nació siendo literario, sobrevivió siendo político y terminará considerando las más variopintas “tendencias”. Esto no quiere decir que Dylan no sea un magnífico letrista. Y hasta un apreciable poeta.
