Pórtico de la Gloria
Es obligado reconocer a la Iglesia de Santiago por la custodia de la tumba, por la conservación de la catedral, por una dedicación de siglos que ha permitido que una obra de tal profundidad llegue casi intacta a nosotros. De modo particular agradezco las facilidades que me han concedido para realizar las fotografías que han sido la base de mis estudios.
Tengo que dar las gracias, a todos aquellos que de formas diferentes me han hecho interesarme cada vez más por el Misterio del Pórtico, a lo largo de 15 años, en primer lugar a los peregrinos que pedían que se les explicara su contenido, a continuación a mis dos amigos, monjes de san Benito, Enrique Bicand y Rafael González que, desde 2009, me ayudaron a iniciar y dar contenido a las exposiciones. Al Itrmo. Sr. D. Daniel Lorenzo Santos director de la Fundación Catedral de Santiago a quien, como miembro del cabildo, he ido presentando cada año las etapas de mi estudio desde 2012; sus indicaciones han sido el acicate de llegar al grado de seguridad que muestra esta lectura del Pórtico.
De entre mis amigos y colaboradores debo destacar a D. Miguel Ángel Blázquez quien con gran entusiasmo ha puesto lo mejor de su arte en todos mis libros y exposiciones. De forma más profunda doy gracias a los testigos de la fe, que con su testimonio me han animado a llegar hasta el fondo de la realidad sin temor alguno. Seguir su ejemplo, me ha motivado para hacerme responsable de descifrar el mensaje cristiano del pueblo que construyó el Pórtico.
Si encuentras en este libro algo que te haya servido, transmítelo, como tantos peregrinos que, cuando regresan a sus casas, cuentan a sus familiares y conocidos, lo que les ha llamado la atención del Pórtico y las experiencias de vida que han tenido a lo largo de su caminar. Sólo la experiencia personal hace que la tradición sea comunicada, que llegue viva a lo largo de los siglos.
Gracias por vuestra ayuda “Ultreia y Suseia”. ¡Deus adjuvat nos!
Félix Carbó Alonso