Colección de libros

En colaboración con
Capítulos
En colaboración con

Pórtico de la Gloria Mensaje al peregrino

The Objective

Pórtico de la Gloria

Pórtico de la Gloria

Mensaje al peregrino

Portada del libro Pórtico de la Gloria

Pórtico de la Gloria

Introducción

Desde mi niñez me intrigó el Pórtico de la Gloria. Al acercarme a él, la imagen de Santiago me parecía cercana, pero la imponencia de la imagen de Cristo me interpelaba por su seriedad y por su tamaño. Leía cualquier noticia que pudiera ayudarme a comprender su mensaje e iba recogiendo todas las noticias y opiniones que trataban del Pórtico. Podría decirse que perseguía a los responsables de su custodia para conocer su opinión ya que el Pórtico no tenía texto interpretativo alguno. Algo que era habitual en todas las grandes Catedrales que ilustraban a sus visitantes. 

 

Como gallego y peregrino lamentaba el silencio que acogía al visitante. Esperé años que apareciera algún experto y hasta intenté encargar a más de un catedrático de románico la realización de un estudio del mismo, sin conseguir que se interesasen en el tema. El tiempo transcurría sin resultados hasta que, viendo como un guía explicaba los detalles del Pórtico a un grupo de peregrinos, las simplezas que dijo me hicieron tomar la decisión personal de dedicarme a su lectura.

 

A la vista de mis primeros apuntes, en el año 2008, dos amigos míos, monjes de san Benito en un monasterio de Milán, me animaron en esta tarea. Sus palabras fueron: «Lo que nos muestras lo tiene que conocer nuestro pueblo». Y así nació la idea de hacer exposiciones. En Diciembre 2009 se publicó mi primer libro y las exposiciones del Pórtico arrancaron en Galicia en el 2010. La ayuda de mis dos amigos fue clave para mejorar la exposición original y una exposición más completa se pudo presentar en Italia, primero en el Meeting de Rímini y después por varias ciudades. En Madrid se presentó el año 2011 en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

 

A finales de 2017 pude concluir mi trabajo sobre la lectura del Pórtico de la Gloria, trabajo que se apoyó en tres ejes: Primero, el consejo de un investigador de textos antiguos: «Una hipótesis de lectura se puede aceptar por verdadera cuando da respuesta a todos los apartados»; Segundo hay que prestar atención al testimonio de la memoria popular; Tercero, hay que leer desde la perspectiva de la cultura y el momento histórico del momento de su construcción.

 

De ese modo, y después de una inmersión de años en su estudio, he llegado a un punto en el que puedo mostraros en esta Guía el mensaje del Pórtico, con la seguridad de ser fiel a sus autores y con la esperanza de que ayude a responder las preguntas de los peregrinos. 

 

Félix Carbó Alonso

1 Cristo Rey | 2 Apóstol Santiago | 3 Árbol de Jesé | 4 Hombre nuevo | 5 Victoria del León | 6 Las “Herrejías” | 7 Pecados Capitales | 8 Victoria del hombre | 9 Primera columna | 10 Vía de Israel | 11 Vía de la obediencia | 12 ¿Quinta columna? | 13 Profeta Abdías | 14 Profeta Amós | 15 Profeta Oseas | 16 Profeta Joel | 17 Profeta Jeremías | 18 Profeta Daniel | 19 Profeta Isaías | 20 Profeta Moisés | 21 San Pedro | 22 San Pablo | 23 Santiago el Mayor | 24 San Juan Evangelista | 25 San Andrés | 26 San Mateo | 27 Apóstol Tomás | 28 San Bartolomé | 29 Las tentaciones | 30 Ángel con trompeta | 31″El limbo” | 32 Tímpano | 33 “El Purgatorio”| 34 Puerta Antigua Alianza | 35 Pueblo de Israel | 36 Pueblo Cristiano | 37 Columna de la Pasión | 38 La Cruz | 39 Corona de espinas | 40 San Lucas Evangelista | 41 San Juan Evangelista | 42 San Mateo Evangelista | 43 San Marcos Evangelista | 44 Clavos y lanza | 45 Jarra y sentencia | 46 Azote y martillo | 47 Esponja e INRI | 48 Puerta Nueva Alianza

Capítulo I: inicio, camino y contexto

 

Una tumba oculta provoca el inicio de un camino que da lugar al nacimiento de Europa. Con sus pasos los peregrinos transmiten conocimientos y experiencias. Para quienes llegan a Santiago se escribe en piedra un mensaje que ayuda a dar respuesta a sus inquietudes. El camino es personal, la respuesta es tuya.


La tumba del apóstol Santiago

Durante siglos, se mantiene el recuerdo de un panteón del siglo I, de factura romana, -donde la sala de oraciones está a nivel de suelo y los enterramientos debajo-. Se protege y oculta con un cerramiento, que no evita que los devotos conocedores del hecho se entierren a su alrededor año tras año.

En el año 795 la capital del incipiente reino de Asturias, Oviedo, era saqueada por segunda vez por las tropas del emir de Córdoba y el mismo rey Alfonso estuvo a punto de ser capturado; buscó aliarse con Carlomagno para resistir y atacar conjuntamente. Diecisiete años después, en el 812, se aseguró la frontera de Galicia con los musulmanes, y es entonces, cuando se anuncia que la tumba del Apóstol Santiago, uno de los discípulos predilectos de Cristo, se encuentra en un lugar remoto de Galicia.

Esta noticia despertó en Europa la esperanza de una vida mejor y dio lugar a las peregrinaciones. Al principio fue un proceso muy lento debido al peligro de las fronteras. Galicia sufrió cuatro incursiones musulmanas los años 825, 838, 840 y 841 y la ciudad de Santiago fue arrasada, durante una semana, en el año 997 por Almanzor y su catedral destruida totalmente.

Años después, aquellos antiguos peregrinos que se esforzaron por alcanzar su meta forjaron el Camino de Santiago. Un fenómeno que ha movido a millones de peregrinos para abandonar su país y la comodidad de sus casas y emprender una aventura por los campos y los montes de Europa en busca de un sentido grande para su vida. 

Panteón Siglo I Protección de la tumba | Enterramiento

 

Santiago a los pies de Cristo

Europa nació en el camino
Con sus pasos “caminaban” sus valores y estos consolidaron la cultura occidental. Europa nace de la cultura del Camino que los peregrinos extendieron. Volver a nuestras raíces es una tarea que san Juan Pablo II nos recordó desde Santiago de Compostela.

 

Placa visita San Juan Pablo II en la cripta

 

Urna con los restos del Apóstol | Señal del camino

 

 

Cambios en las fachadas medievales

En el siglo XI, había tres portadas románicas en la Catedral de Santiago: La Norte o de las Azabacherías, que relataba la creación y el pecado. La Sur o de las Platerías, donde se expresaba la Pasión y la Redención de Cristo y la portada Occidental, la Principal, donde se manifestaba la Gloria de Cristo con la escena de la Transfiguración. Las tres fachadas están descritas en el Códice Calixtino de 1135. 

La fachada Norte se perdió en un incendio en 1757.

De la Occidental dice el Códice: «Arriba, se representa admirablemente esculpida la Transfiguración del Señor, tal cual se realizó en el Monte Tabor. Está el Señor en una blanca nube, con el rostro resplandeciente como el sol, brillándole el vestido como la nieve. Arriba, el Padre hablándole. Y Moisés y Elías, que se le aparecieron… y están, Santiago, y Pedro y Juan… »”.

La recién terminada portada Occidental se modifica hacia 1169, para hacer el Pórtico. Ello da idea de la importancia dada al nuevo mensaje del Pórtico.

Es original la fachada Sur, la de las Platerías, pero su mensaje se ha hecho prácticamente ilegible, al adosar en ella, sin orden, imágenes retiradas de la fachada Norte.

Planta en 1122
1122 Hipótesis de fachada Occidental | Hipótesis de fachada Norte
Puerta Sur o de las Platerías

Un manuscrito en piedra

Obra cumbre del arte universal, su belleza ha cautivado a los peregrinos de todos los tiempos que llegaban a Santiago. El Pórtico es una ayuda para tu respuesta personal a una de las preguntas más decisivas de la vida, la misma que Cristo les dirigía a sus Apóstoles en Galilea. «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» (Mt 16, 15)

El Pórtico de la Gloria es un inmenso libro de piedra que describe los misterios cristianos desde los orígenes del hombre hasta su destino final en el Reino de Cristo: la creación, el pecado original, la alianza de Dios con el pueblo elegido…, hasta la situación después de la muerte (el limbo y el purgatorio). 

El peregrino medieval podía entenderlo; sin embargo, ahora necesitamos una explicación. Veamos qué nos dice, ya que el método de Dios es el mismo ayer y hoy.

Las lecciones de la Escuela de París (S. XI y XII) llegan a Santiago donde se plasman con su propio carácter. La lectura de su mensaje debe contextualizarse en su tiempo, sin distraernos en discusiones eruditas sobre estilos, materiales o imágenes. 

 

Contexto histórico: ¿Quién decís que soy yo?

La pregunta sobre Cristo era acuciante en la Europa del siglo XII, cuando cátaros, valdenses y albigenses, afirmaban que Cristo era una figura tan excepcional, que no podía ser humano, que la cruz y demás sufrimientos no habían sido reales. 

En la España de entonces se afirmaba lo contrario: Cristo, al nacer, no era Dios. Por sus méritos, en algún momento de su vida, Dios lo adoptó como Hijo, -era la herejía adopcionista-. 

Dostoyevski (1821-1881) nos enfrenta al mismo desafío: «Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, realmente creer, en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo?»

Los artistas y constructores, para ayudarnos a responder a la pregunta: ¿QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?, ofrecieron como respuesta sus imágenes en fachadas y ábsides de catedrales e iglesias.

 

 

Pórtico de la Gloria

 

Pórtico de la Gloria

 

Santa Fe de Conques

 

Abadía de San Pedro de Moisac

 

Santa Sofía, Estambul

 

Un camino para recorrer

«Examina todo y quédate con lo bueno» San Pablo (1 Tes 5, 21)

Recibí la fe de mis abuelas. Ellas me llevaron de la mano, a darle el abrazo al Santo, a poner la mano en el Parteluz y a dar tres cabezadas en la imagen sonriente del Maestro Mateo. 

Como niño, mi punto de vista no era el adecuado, veía más cercana la figura de Santiago que la imagen monumental de Cristo que aparecía lejano y enigmático. Presentía que el mensaje debía ser comprensible para cualquiera. 

Tardé tiempo en poder dar mi respuesta personal. Con la ayuda de mis amigos, tuve necesidad de ir haciendo un camino que fue cambiando mi perspectiva.

Cuando me situé en el lugar adecuado empecé a conocerle mejor. La verdad no era relativa, lo relativo era mi punto de observación. 

 

Perspectiva original. El pórtico podía observarse desde el exterior de la catedral ya que no había puertas en la fachada | Perspectiva actual