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Pórtico de la Gloria Mensaje al peregrino

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Pórtico de la Gloria

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Mensaje al peregrino

Portada del libro Pórtico de la Gloria

Pórtico de la Gloria

Capítulo VI: 3ª vía. Es el misterio el que desciende

 

Es el hecho más inconcebible, el más escandaloso de todas las religiones: No es el hombre quien investiga el Misterio, sino Dios mismo el que ha penetrado en la vida de los hombres.

3ª vía. Es el misterio el que desciende: encarnación y genealogía

Después del pecado original, Dios no ha abandonado al hombre. Un momento del tiempo… que dio sentido al tiempo. T.S. Eliot

Es el hecho más inconcebible, el más escandaloso de todas las religiones: No es el hombre quien investiga el Misterio, sino Dios mismo el que ha penetrado en la vida de los hombres. Un hombre que se atrevió a decir: Yo soy ese Misterio, yo soy vuestro destino. 

No nos enseña un camino, sino que afirma de sí mismo: «Yo soy el Camino, yo soy la Verdad y La Vida». Esta es la pretensión del cristianismo. Es Cristo quien divide la historia y el espacio del Pórtico. Él da sentido al tiempo que nos aprisiona, a nuestra existencia y a toda la historia de la humanidad.

Los personajes que describimos están entrelazados por ramas, símbolo de pecado. A la derecha, en la base del fuste, Jesé, -a- en un lecho, apoya su cabeza en su brazo derecho, sorprendido por el árbol que nace de su pecho. 

La genealogía de Cristo arranca en la base con Jesé. Encima de Jesé, David su hijo -b- está tocando un salterio. Sobre este vemos a un joven -c- Salomón. Estos dos personajes lucen corona. En lo alto de la columna, María, la madre de Cristo, -d- está libre de ramas.

 

 

 

Cristo, eje de la historia: la creación renovada

Arriba, María con su mano derecha -a- indica que acepta su misión. Nacida sin pecado, está libre de ramas. En su tiempo, san Bernardo impidió a sus monjes la celebración festiva de María como Inmaculada, por faltar la declaración canónica. Se promulgó el dogma en 1854.

Acompañan a María dos mujeres, una a cada lado, con las manos cubiertas con un paño, – señal de respeto por haber tocado el cuerpo de Cristo-, muy probablemente santa Ana y santa Isabel. 

Debajo, Salomón, -b- a quien las ramas le entorpecen. Sostiene en su mano izquierda el cetro y con el índice de su derecha apunta hacia arriba.

En la base, el hombre renovado, salvado por la venida de Cristo, domina a dos leones y estos le trasportan. No lucha con el león. Sus bocas, dócilmente abiertas, simbolizan que el instinto ordenado no es un obstáculo para el espíritu. No es necesario matar al león. 

Por detrás se ve cómo los dos pies del hombre nuevo no necesita obstaculizar la marcha de los dos leones, están a sus ordenes.

Se cumple la frase «Por tanto si alguno está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo». S. Pablo. (2 Cor 5, 17).

 

 

 

 

Árbol de Jesé: la naturaleza divina y humana de Cristo

La iconografía del árbol de Jesé nace en Saint Denis, París, en 1144, para contrarrestar las herejías francesas que negaban la humanidad de Cristo, porque consideraban que un ser tan excepcional no podía ser humano. 

En Francia, el árbol de Jesé representa a Cristo que fue un hombre, con su árbol genealógico, descendiente de reyes de la estirpe de Jesé. La representación presenta en la base a Jesé en su lecho. La figura superior es Cristo, un hombre, hijo de María; quien está situada debajo de Cristo. Las siete palomas que, en lo alto, rodean a Cristo simbolizan los dones del Espíritu Santo. (Isaías 11,2).

En el Pórtico, a la derecha, la iconografía del árbol se modifica. Se hace española para contrarrestar la herejía adopcionista que no admite que Cristo, que es un hombre, sea Dios desde el nacimiento, sino que posteriormente, por sus méritos, fue adoptado por Dios. Es hijo de María como hombre, pero expresa que es hijo de Dios desde su nacimiento, situando en lo más alto, sobre el capitel, a una Trinidad llamada Paternitas, que representa a Cristo como un niño.

En lo más alto, la paloma del Espíritu Santo. El Padre, con el niño en el regazo, lo muestra al pueblo como hijo suyo. Este niño sin corona tiene los atributos de un “Todopoderoso”: en la mano izquierda sostiene la ley y la derecha está alzada. 

Esta iconografía del árbol de Jesé con la “Trinitas Paternitas” se repite únicamente en España: en Silos y en Santo Domingo de la Calzada.

 

Detalles de Cristo y Jesé en la vidriera de la Catedral de Chartres | Parteluz del Pórtico de la Gloria