Pórtico de la Gloria
Capítulo VIII: los heraldos que anuncian el Reino de Dios
Profetas y Apóstoles: Los primeros anuncian la próxima y futura venida del Rey y los segundos, que el Reino es accesible para todo hombre. Los significados etimológicos de sus nombres “profetas y apóstoles” podríamos reemplazarlos por “voceros”, “representantes”, que en la Edad Media correspondería perfectamente a la palabra “heraldos”.
Heraldos del rey: profetas y apóstoles



El Apóstol Santiago, verdadero promotor del Camino, se sitúa en el centro de los Heraldos, dando la bienvenida a sus peregrinos, a los que han llegado a su Iglesia.
Se presenta como Señor de su Iglesia y con expresión tranquila se dirige al que entra en la catedral. El báculo en forma de “T” es símbolo de autoridad. En la cartela estaba escrito: «El Señor me ha enviado».
Los himnos de la época resaltan el hecho de ser el primer Apóstol mártir y su parentesco con Cristo. En su imagen hay ocho leones; con ese número de leones a su servicio se está dando valor a la calidad humana del Apóstol.
Profetas
A la derecha, cuatro imágenes, la primera, el puesto de honor, es la de Moisés, que sujeta en sus manos las tablas de la ley.
Moisés habla con Isaías, que sujeta un gran pergamino, -es el profeta que más ha escrito de la venida de Cristo-. Su índice izquierdo señala el texto. Le sigue Daniel, sonriente porque Dios le ha librado del fuego y de los leones. Conversa con Jeremías.
A la izquierda otros cuatro profetas completan el espacio que continúa hasta el muro.
Sobre Moisés un ángel lleva una cartela que nos dice: «Los profetas anunciaron que nacería un Salvador de la Virgen María».


Apóstoles
El primero, Pedro, que está vestido como Papa; lleva casulla, un palio y una túnica sin cerrar, debajo de ella una larga estola casi hasta los pies y viste un alba; está calzado con ricos borceguíes. Todos los demás apóstoles del Pórtico están descalzos. Pedro lleva tres llaves en su mano izquierda: La imagen de Pedro con tres llaves es única, solo se encuentra en el Pórtico. Una cuelga de su mano -1-, es la Iglesia Peregrina, la de los que estamos en camino. Las otras dos -2- las sujeta hacia arriba, con su mano cubierta con la casulla, porque ya son de Cristo están fuera del tiempo: Una representa la Iglesia del Purgatorio, dogma recogido por el II concilio de Lyon años más tarde (1274), y la otra a la Iglesia Triunfante. Un ángel en la ménsula, encima de Pedro, lleva un pergamino en el que se lee: «Estos son los triunfadores y han sido hechos amigos de Dios».
Pedro habla con Pablo, el apóstol de los gentiles, quien con un libro abierto nos muestra la Carta a los Hebreos: «Habiendo hablado Dios en otros tiempos muchas veces […] por medio de los profetas, últimamente…». Le sigue Santiago, con el bordón en forma de tau. Está vestido con manto y túnica azul adornada con flores de lis de oro, por ser miembro de la casa real. Santiago tiene un cartel que despliega al costado, sobre el bordón adornado con una tela. Conversa con su hermano Juan, que muestra abierto el Apocalipsis. Apoya los pies sobre el águila, símbolo de su Evangelio. A continuación otros cuatro apóstoles completan el espacio hasta alcanzar el muro.
