Merkel admite que habrá "compromisos dolorosos" para formar Gobierno
Los conservadores de la canciller alemana, Angela Merkel, y los socialdemócratas de Martin Schulz han agotado este martes los plazos para tratar de cerrar «in extremis» un acuerdo de coalición más de cuatro meses después de las elecciones. La canciller ha admitido que se necesitarán «compromisos dolorosos» por ambas partes.
Los conservadores de Angela Merkel, y los socialdemócratas de Martin Schulz han agotado este martes los plazos para tratar de cerrar in extremis un acuerdo de coalición más de cuatro meses después de las elecciones. La canciller ha admitido que se necesitarán «compromisos dolorosos» por ambas partes.
Los equipos negociadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, ala bávara de la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) se han reunido esta mañana en Berlín para debatir las áreas conflictivas pendientes y revisar el borrador del texto, que tiene unas 170 páginas, según medios alemanes.
Merkel se ha mostrado «dispuesta» a afrontar «compromisos dolorosos» si «las ventajas predominan sobre las desventajas», por «el bien del país». Schulz, por su parte, ha asegurado que tenía «buenos motivos» para suponer que en esta «decisiva» jornada se alcanzarían «resultados buenos, constructivos, sólidos y compartidos» para Alemania y para un «Gobierno estable» y «duradero».
El sprint de los partidos coincide con la última jornada de la prórroga que habían previsto para esta fase de la negociación, que dura ya nueve días. Todos han estado de acuerdo en hacer cesiones en favor de un pacto que beneficie a Alemania, según informa Efe.
Dos de los principales escollos sobre la mesa en la jornada han sido las demandas socialdemócratas: acabar con los contratos temporales injustificados y garantizar la igualdad de trato en la asistencia sanitaria pública y privada. Además, se han señalado diferencias en política de Defensa en torno a las exportaciones de armamento y el presupuesto de la Bundeswehr (ejército), según el diario Süddeutsche Zeitung.
Las reuniones entre conservadores y socialdemócratas empezaron a principios de enero, después de que las negociaciones de CDU y CSU con liberales y verdes descarrilaran tras cinco semanas de contactos el pasado noviembre. En ese momento, Schulz y la dirección del SPD dieron un giro de 180 grados y accedieron a sentarse a la mesa con Merkel. Hasta entonces habían defendido mantenerse en la oposición para renovarse tras la debacle electoral del 24 de septiembre. Tras firmar un preacuerdo, un congreso extraordinario del partido ha autorizado esta última ronda negociadora, aunque lo hizo totalmente dividido.
Si finalmente se cierra el pacto de Gobierno, cerca de 450.000 militantes del SPD tienen que dar luz verde al texto en un referéndum vinculante. Las grietas internas que ha abierto la posibilidad de reeditar la gran coalición prevén unos resultados inciertos para la consulta. El SPD ha reconocido este martes que en las últimas semanas ha registrado una oleada de nuevas inscripciones que han incrementado en unos 10.000 el número de afiliados, lo que podría estar relacionado con la campaña «Inscríbete, di no», iniciada por sectores opuestos a pactar con Merkel.
Además, las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) y otros sectores izquierdistas del SPD han criticado abiertamente la formación de una nueva gran coalición y aseguran que daña las perspectivas electorales del partido. Según un sondeo publicado ayer, de celebrarse elecciones ahora el SPD obtendría tan sólo un 18% de los votos, más de dos puntos por debajo que en septiembre, cuando cosechó el peor resultado electoral de su historia.