Kazajistán impone un límite a los precios del carburante para intentar frenar las protestas que dejan decenas de muertos
Decenas de personas han muerto en las protestas y más de 2.000 han sido detenidas.
El gobierno de Kazajistán ha anunciado que impondrá un límite durante seis meses a los precios de venta de los carburantes, en un momento en que las manifestaciones contra el aumento del precio del gas cobran fuerza y se tornan más violentas en el país. La Policía ha asegurado que ha matado a «decenas» de manifestantes que intentaban irrumpir en edificios administrativos.
Esta medida busca «estabilizar la situación socioeconómica» en este país de Asia central, donde las protestas ya han dejado decenas de muertos, entre ellos 13 miembros de las fuerzas de seguridad, dos de los cuales fueron encontrados decapitados.
Además, más de 2.000 personas han sido detenidas en las calles de Almaty, la capital económica de Kazajistán, tras los disturbios de los últimos días, según agencias de noticias rusas, que retoman datos oficiales. «Los agentes de policía de Almaty salieron a limpiar las calles (…) En total, unas 2.000 personas fueron llevadas a comisaría», indicó el ministerio de Interior, citado por las agencias TASS y Ria Novosti.
Ante el caos, la vecina Rusia y sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) anunciaron el jueves el envío a Kazajistán del primer contingente de una «fuerza colectiva de mantenimiento de la paz», a petición del gobierno autoritario de este país centroasiático.
El contingente, formado por tropas rusas, bielorrusas, armenias, tayikas y kirguisas, tendrá la misión de «proteger las instalaciones estatales y militares» y «ayudar a las fuerzas del orden kazajas a estabilizar la situación y restablecer el estado de Derecho».
El presidente kazajo, Kassym Jomart Tokayev, no ha logrado hasta ahora sofocar las protestas, a pesar de concesiones sobre los precios del gas, de la dimisión del gobierno y de la introducción del estado de emergencia y el toque de queda nocturno en el país.
Las imágenes difundidas por los medios y las redes sociales mostraban escenas de caos, con tiendas saqueadas y algunos edificios administrativos asaltados e incendiados en Almaty, capital económica del país, mientras se oían disparos de armas automáticas.
La portavoz del Banco Central, Oljassa Ramazanova, anunció la suspensión del trabajo de todas las instituciones financieras del país, donde internet no funciona. Los aeropuertos de Almaty, de las ciudades de Aktobe y Aktau y de la capital, Nursultán, no estaban operativos el jueves tras la cancelación de los vuelos el día anterior.
Como consecuencia del caos, el precio del uranio, del que Kazajistán es uno de los principales productores mundiales, subió bruscamente, mientras que las cotizaciones de las empresas nacionales se desplomaron en la bolsa de Londres.
El país es además un centro de la minería de bitcoines, una actividad que también está experimentando una fuerte caída.