Selfies que cuestan vidas
Las restricciones de autofotos en medio mundo son la respuesta a la preocupación por el aumento de casos de muerte por selfie, casi siempre provocados por la voluntad de hacerse la foto más extrema. Analizamos algunos de estos casos.
La cámara frontal de los dispositivos móviles ha traído consigo todo un fenómeno social, que traspasa lo meramente anecdótico y que ha generado estudios antropológicos, una nueva forma de arte y un anglicismo al que ya se han acostumbrado hasta nuestras abuelas: el ‘selfie’. Tal ha sido la magnitud del fenómeno que algunos han llegado, incluso, a perder la vida en el intento de hacerse una autofoto extrema o estúpida, según se mire.
Prohibidos los selfies
En Bombay, India, la policía ha delimitado 16 zonas libres de selfies. Esta es la respuesta a una serie de sucesos ocurridos durante el fin de semana pasado y que terminaron con un hombre muerto.
El pasado sábado tres jóvenes cayeron al mar mientras se autofotografiaban en un acantilado en la ciudad india. Un hombre que pasaba por el lugar se lanzó al rescate de una de las jóvenes, resultando finalmente muerto por el embiste de las olas. Su cuerpo fue encontrado el lunes, y la chica sigue desaparecida. Este suceso ha conmovido a los habitantes y turistas de Bombay, y la respuesta ha sido contundente y rápida: en 16 puntos de la ciudad, considerados de peligro -la mayoría son de interés turístico- queda terminantemente prohibido hacerse selfies.
Esta no es más que la más reciente de las restricciones de esta índole, que ya empiezan a ser muchas. En los encierros de San Fermín, por ejemplo, está prohibido hacerse selfies por razones de seguridad. La policía pamplonesa se lo toma muy en serio y multa a todo aquel que se salte la prohibición. En otros lugares, no podrás hacerte selfies porque se considera, o bien vulgar, o bien una falta de respeto al culto. En el Tah Majal, por ejemplo, esta circunstancia se une a la muerte de un turista el pasado mes de septiembre de un ataque al corazón tras caerse de una escalera al tomarse una foto en el templo. Las prohibiciones podrían extenderse por fallecimientos cada vez más frecuentes.
El ‘skywalking’ ruso, una modalidad de selfie extrema
El ‘skywalking’ se ha popularizado entre los adolescentes rusos, que lo practican allá donde van. Se trata de escalar grandes construcciones con el único objetivo de mostrar su hazaña en las redes sociales, ya sea a través de un selfie o de otro tipo de fotos.
Este fenómeno no está exento de desgracias, como cabría imaginar. Por ejemplo, Xenia Ignatyeva, una rusa de 17 años, murió al precipitarse al vacío tras subir a un puente en San Petersburgo, justo después de sacarse una foto. Mientras caía, se agarró a un cable eléctrico. Esta muerte por selfie fue, en realidad, una muerte por electrocución. Y esta no es la única muerte por selfie practicando el ‘skywalking’.
Campaña por el selfie seguro
En Rusia están muy consternados por casos como estos, o por otras muertes por ‘selfies animales’ -fotografiarse con un animal salvaje puede no ser una buena idea-. Para concienciar a la ciudadanía han creado una campaña del ‘selfie seguro’.
Las recomendaciones son muy esclarecedoras gracias a estas señales:
La muerte por selfie ‘marca España’
España no está exenta de la muerte por selfie. Un chico de 21 años pereció electrocutado al entrar en contacto con la catenaria cuando se subió al techo de un vagón de tren en Jaen. En Benidorm, una mujer belga murió en un acantilado el pasado mes de noviembre. La policía sospecha que fue intentaba hacerse una foto en el momento en el que se precipitó al vacío. Casos similares se suceden, también en territorio español, y muchas de las víctimas son turistas extranjeros.
Electrocutado por el palo-selfie
El palo-selfie es un ‘gadget’ que se ha popularizado sobre todo durante los dos últimos años, tanto que en numerosos lugares de interés turístico están prohibidos porque importunan a los viandantes, como el es caso de Disneylandia. Este elemento también está implicado en la muerte por selfie. En Gales, una tormenta eléctrica causó la muerte de dos hombres y dejó heridos a otros dos. El palo selfie atrajo el rayo que les electrocutó.
En 2016 ya no se puede hablar de la ‘moda de los selfies’. Son algo cotidiano y llevan ya años instalados en la vida paralela, aquella que se desarrolla en nuestras pantallas. Pero en 2016 sí se puede hablar de un nuevo capítulo en esta historia. Las autoridades empiezan a tomar cartas en el asunto. El selfie póstumo queda para la posteridad, no como el resto de selfies, que son algo efímero que se pierde en la inmensidad de las redes.
