Black Mirror: un futuro nada prometedor
Todos los capítulos de Black Mirror cuentan una historia distinta. Una historia perturbadora, vibrante, con la tecnología siempre como factor desencadenante de un futuro distópico y lúgubre. ¿Han llegado los avances tecnológicos demasiado lejos? ¿Tanto como para despertar auténticas atrocidades en el ser humano?
El próximo 21 de octubre se estrena la tercera temporada de Black Mirror. Tranquilidad. Aún hay tiempo de prepararse como es debido. Toca respirar hondo. Tachar el día en el calendario. Poner varias alarmas en el teléfono. Comprar unas cuantas bolsas de palomitas. Y si aún no nos hemos suscrito a Netflix, adelante. Porque la nueva tanda de episodios de esta aclamadísima serie británica formará parte en exclusiva de su catálogo.
Se ha hecho de rogar, pero por fin vuelve. No te preocupes si no la has seguido desde el principio de los tiempos, cuando empezó allá por diciembre de 2011, porque todos los capítulos de Black Mirror cuentan una historia distinta. Una historia perturbadora, vibrante, con la tecnología siempre como factor desencadenante de un futuro lúgubre y basado en la distopía. ¿Han llegado los avances tecnológicos demasiado lejos? ¿Tanto como para despertar auténticas atrocidades en el ser humano?
Charlie Brooker, el padre de la criatura televisiva, lo tiene claro: «Black Mirror es entretenimiento y sátira. Hay drama pero también hay humor que, a menudo, tiene un aire bastante sombrío. Nos acusamos con el dedo como diciendo ‘toda la tecnología es mala’, pero no es eso. Buscamos explorar los posibles, los ‘¿y si…?’. Se trata más de un juego travieso«. Y razón no le falta, porque los guiones están repletos de travesuras casi macabras que mantienen al atónito espectador pegado frente al televisor hasta los créditos finales.
Giros maquiavélicos, bofetones de realidad, desesperanza, angustia… Pero la ficción de Black Mirror va mucho más allá. También hace reflexionar, romperse la cabeza sobre las consecuencias que tendría para la humanidad un futuro descontrolado que avanza irremediablemente hacia el apocalipsis, si es que no está ya inmerso en él. Con una sociedad aletargada, insensible y dominada por la tecnología.
Primera temporada: el origen del caos
Tres capítulos dan forma al arranque de Black Mirror en la pequeña pantalla. En El himno nacional, el primero de ellos, una llamada en mitad de la noche despierta al primer ministro británico. La princesa ha sido secuestrada. Los captores cuelgan un vídeo en Youtube y exigen para su liberación que el primer ministro mantenga relaciones sexuales ante las cámaras con un cerdo. Sin otra alternativa. Este dato parecería un spoiler como un piano si no fuera porque hablamos de los cinco primeros minutos del episodio. El resto recrea el dilema del protagonista, sometido al clamor de la opinión pública.
Las redes sociales y la tiranía del ‘Me gusta’ tienen un papel muy importante en 15 millones de méritos. Este segundo relato presenta un porvenir oscuro de la sociedad, con unos humanos esclavizados y alienados, cuyo único objetivo es pedalear en una bicicleta estática y acumular puntos -méritos- que pueden canjear por ciertas recompensas. El mayor premio, al que todos aspiran, es la participación en el reality show estrella del momento.
El mismísimo Iron Man, Robert Downey Jr., se hizo con los derechos del capítulo que cierra la temporada, Tu historia completa. Seguro que pronto veremos su adaptación cinematográfica. La trama bien lo merece, con un futuro donde no existe el olvido. Las personas son capaces de almacenar cada momento vivido en un chip insertado en sus cabezas y recordarlos a través de un mando a distancia. El problema es que estos recuerdos están al alcance de cualquiera. ¿Está desapareciendo la privacidad de nuestras vidas?
Segunda temporada y especial de Navidad
Vuelvo enseguida es el nombre con el que regresó Black Mirror, toda una declaración de intenciones. Y lo hizo con fuerza, utilizando la robótica y la añoranza como estandartes. La protagonista decide contratar un nuevo servicio online de mensajería para comunicarse con su novio muerto. Le echa demasiado de menos, hasta el punto de ser capaz de cualquier cosa por tenerle cerca otra vez. ¿Y si el software del mañana pudiera hacer fotocopias exactas de la personalidad de un individuo?
En un mundo rendido a los smartphones, donde prácticamente cada persona tiene uno en su bolsillo -o en su mano-, nuestro instinto de curiosidad nos impulsa a grabar todo aquello que nos parece interesante. Aunque sea ilícito, obsceno, violento o espeluznante. Es la premisa de la que parte Oso blanco, el segundo episodio de esta temporada, que muestra en su arranque a una mujer que despierta amnésica en un lugar que desconoce. Pronto se da cuenta de que una figura encapuchada la persigue con un rifle mientras el resto de mortales graba con sus teléfonos móviles la cacería.
Los políticos siempre están en el centro de la polémica, para bien o para mal. ¿Llegará un día en el que nos hartemos de ellos y sus promesas incumplidas? En El momento Waldo encontramos una posible respuesta: rotundamente sí. Qué se puede decir cuando el candidato más popular para las próximas elecciones es un personaje animado, deslenguado y anárquico, al que pone voz un cómico fracasado.
Por último, Blanca Navidad se emitió el 16 de diciembre de 2014 poniendo punto y seguido a la serie. En él se juega con la realidad aumentada, un efecto producido gracias a unos dispositivos implantados en los ojos de las personas como si fueran lentillas. La trama gira en torno a una casa en la que dos hombres discuten acerca de sus pasados, desvelando poco a poco sus más terribles secretos.
Lo que se sabe de la tercera temporada
Esta temporada contará con más episodios, concretamente 12. De la primera tanda de seis ya hay un desconcertante tráiler difundido por Netflix, en el que se puede ver que la serie continuará desafiándonos con sus peculiares reglas de juego. El nombre de los capítulos y su sinopsis están disponibles en IMDb para que no pierdas detalle.
También regresa -no podía ser de otra manera- su creador, Charlie Brooker. El escritor y periodista tiene las pilas cargadas, a pesar de no haber parado de trabajar. Es columnista en The Guardian y tuitero asiduo. En su currículum de guiones encontramos perlas como Dead Set, un magistral giro de tuerca a los manidos zombis, y los libretos de 10 O’Clock Live, un show en el que hace gala de ese sarcasmo y mordacidad tan característicos suyos. Ya ha anunciado que los nuevos guiones de Black Mirror son «más locos, más fuertes y más cercanos a la vida real que nunca». Terroríficamente irresistible. ¿Seguro que estamos bien preparados?