La denuncia de una becaria de 'Malinche' contra la Policía: «Entraron en mi correo y WhatsApp»
Una estudiante del musical de Nacho Cano revela que le obligaron a exportar sus chats personales al móvil de un agente
«Me sentí indefensa y maltratada en todo momento». Así resume en su denuncia una estudiante en prácticas del musical Malinche cómo se sintió en el interrogatorio que realizó ante la Policía el pasado 27 de junio, en el marco de la investigación contra su jefe, el productor del show, Nacho Cano, que fue detenido el pasado martes por supuestos delitos contra la población inmigrante y contra los derechos laborales. Junto al resto de sus compañeros en su misma situación, ha denunciado en un juzgado de Madrid a los agentes de extranjería de la comisaría de distrito Centro por presuntos delitos de coacción y falsedad de documento público por la «desproporción» de las distintas actuaciones policiales contra ellos y las circunstancias que las rodearon.
En la denuncia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la joven relata que antes de que se produjera el arresto de Nacho Cano, unos 40 agentes se presentaron en la escuela del musical para una presunta inspección de trabajo, mientras ensayaba junto al resto de estudiantes en prácticas. Poco después, tras supuestamente culminar lo anterior, los agentes les informaron de que iban a ser trasladados a la Comisaría de Leganitos (Madrid) para la filiación. Sin embargo, revela en el escrito, todos ellos fueron sometidos a interrogatorios durante más de diez horas, un tiempo en el que también estuvieron incomunicados y les impidieron usar sus teléfonos móviles, siempre «bajo la amenaza de que podían ser deportados».
«La aparición de la Policía causó gran impacto, pues la situación era del todo incierta y me hicieron sentir como una persona indefensa y maltratada por quien ejercía la autoridad en ese momento. Lo cierto es que el despliegue de agentes y su forma de proceder fue del todo desproporcionada, hasta el punto de que el traslado hasta la Comisaría de Leganitos fue con la alarma del coche activada», relata la estudiante mexicana.
Le obligaron a exportar sus chats de WhatsApp
La estudiante en prácticas revela que su declaración en las dependencias policiales «no fue voluntaria, sino forzada»; que «nunca se le informó en condición de qué estaba allí» y que, pese a que solo iban a filiarla, acabó realizando otra declaración —había hecho otra previamente ante la inspectora de Trabajo—, «presidida por amenazas sobre la expulsión de España, cuestionando mi estancia en España y obligándome a entregarles mi dispositivo móvil para acceder al mismo sin mi consentimiento».
En este sentido, según la investigación policial, la supuesta víctima de explotación laboral por parte del productor musical relata que los agentes de extranjería entraron en su cuenta de correo electrónico y en su WhatsApp a través de su móvil «sin su consentimiento y con la amenaza de deportarle —de nuevo—a su país». Pues, insiste, los agentes «le decían en reiteradas ocasiones que su visado estaba anulado y que debía declarar».
Párrafos nuevos
Así, la estudiante se vio obligada, revela, a exportar determinados chats de su aplicación de mensajería instantánea al teléfono móvil del agente que la interrogaba. Por otro lado, destaca que los policías le hicieron distintas preguntas de índole sexual, todas ellas dirigidas hacia el director del musical por si «se le había insinuado», es decir, si se había producido algún tipo de acoso sexual contra ella durante su formación en el musical madrileño, un extremo que nada tenía que ver con la investigación que está siguiendo la Policía Nacional, critica la joven en la denuncia.
«Imprimían un miedo en mi persona que no había sentido antes, pues me encuentro fuera de mi país, en un proceso formativo plenamente legal y ordenado, pero la situación parecía totalmente delictiva», confiesa la joven en la denuncia.
Por otro lado, añade la becaria del show madrileño, también advirtió distintos errores en el acta de la declaración que «le hicieron firmar de forma obligada» y que, aunque manifestó no estar de acuerdo, los agentes no corrigieron. Comprobó «la colocación de párrafos completos que contenían afirmaciones sobre cuestiones de naturaleza laboral, como el salario o la contratación»: «En modo alguno fue declarado por mi persona, sino incorporado por los agentes a su discreción». En otras palabras, coinciden todos los estudiantes, la Policía les supuestamente presionó para verter acusaciones sobre acoso sexual y explotación laboral sobre el productor de Malinche.
La versión de la Policía
Frente a estas acusaciones, la Policía Nacional mantiene que los jóvenes en prácticas fueron informados en todo momento de su condición de víctimas y que estaban siendo engañados por el director del musical, puesto que trabajaban para él, sin saberlo, en situación irregular en España. Los becarios tenían denegado el permiso de estudios desde el pasado mayo, por lo que desde esa fecha debían abandonar el país. A esto, además, se sumaban una serie de condiciones laborales y ecónomicas que una de las bailarinas denunció en enero y que dio lugar al inicio de las pesquisas.
Por su parte, Nacho Cano, administrador único de la empresa que gestiona el espectáculo, niega la mayor, califica su detención de «una operación contra él por ser amigo de la presidenta madrileña» e insiste en que estos jóvenes no eran trabajadores, sino que forman parte de una beca por la que se ha formado a los bailarines y actores para que luego integren el elenco del musical que se estrenará en un futuro en México. «No hemos explotado a nadie, solo hemos tenido a 17 becarios, y Malinche sufraga todos los gastos». Estos alumnos cobran 500 euros al mes, comparten habitación en un hostal y ensayan durante diez horas diarias de lunes a sábado.