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Economía

Las donaciones que contienen al menos una vivienda se disparan un 71% desde 2017

Los mayores se han convertido en un pilar fundamental para el acceso a la vivienda de los jóvenes en plena crisis

Las donaciones que contienen al menos una vivienda se disparan un 71% desde 2017

Edificios en construcción.

Heredar o recibir una donación se ha convertido en un medio fundamental para poder acceder a una vivienda. El actual encarecimiento del metro cuadrado de la vivienda en España y la limitada capacidad de ahorro de los hogares jóvenes para poder acceder a su compra han reforzado la relevancia de las transmisiones patrimoniales intergeneracionales. Según los datos del Consejo General del Notariado, dentro de las donaciones, el número de actos que contiene al menos una vivienda ha crecido un notable 71,2% entre 2017 y 2024.

Sólo en el primer semestre de 2025, las donaciones totales aumentaron un 9,8% al pasar de 96.368 en el primer semestre de 2024 a las 105.851 actuales, mientras que las donaciones que contienen viviendas crecieron un 1,7% (desde las 24.784 en el primer semestre de 2024 hasta las 25.209 de este año). En este marco, tal y como apuntan en su último informe los notarios, las donaciones y herencias se consolidan como instrumentos de acceso a la vivienda y de redistribución familiar de recursos. Dentro de esta distribución, son las personas mayores de 65 años las que adquieren especial protagonismo.

Para los ciudadanos de esta franja de edad, los actos relativos a donaciones han experimentado un notable crecimiento a lo largo de los últimos años, al aumentar un 127,4% entre 2017 y 2024 tras pasar de 87.736 donaciones a 199.749. Los grupos de entre 55 a 65 años y de mayores de 65 son los que tienen un mayor peso en este tipo de actos y en los que más se ha incrementado el número de actos en los años recientes.

Herencias con vivienda

Por su parte, según los datos del Consejo General del Notariado, las herencias con vivienda mantienen una dimensión también significativa. El número de actos de herencia que incluyen viviendas ha mostrado una evolución oscilante, pasando de 246.671 en 2017 a 279.438 en 2024, con un máximo en 2021 de 293.139 actos. Una cifra, en el caso de 2021, que los expertos consultados por THE OBJECTIVE achacan a la elevada mortalidad que se produjo durante la pandemia de personas de elevada edad que eran en su mayoría propietarias de una o más viviendas.

Sin embargo, durante el primer semestre de este año la cifra se ha situado en las 140.851, lo que supone un 2,6% menos al número de herencias con vivienda del primer semestre de 2024 (144.607 actos). Asimismo, el número de viviendas heredadas en dichos actos también se redujo en un 2,6% en la primera mitad de 2025 frente a 2024 (202.923 en 2025 frente a 208.371 en el primer semestre de 2024).

Para contextualizar estas cifras dentro de la realidad del sector inmobiliario en su conjunto es necesario compararlas con las operaciones de compraventa de vivienda totales. Así, las 403.854 viviendas heredadas en el año 2024 y las 54.735 donadas (en 50.887 actos) equivaldrían en conjunto a aproximadamente el 64% de las 721.042 operaciones de compraventa de vivienda registradas ese mismo año.

Fincas rústicas

Además, en los últimos años, fruto también del envejecimiento de la población, se está produciendo un incremento de herencias de fincas rústicas. Desde 2009, las herencias de este tipo han experimentado un crecimiento exponencial, como consecuencia del envejecimiento de los propietarios de fincas rústicas, según el sector. En la última década (2014-2024), las herencias de fincas rústicas han aumentado un 21,6%, pasando de 145.552 fincas heredadas en 2014 a 176.932 en 2024, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone una media de 14.000 herencias mensuales en suelo rústico.

Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con una vivienda, que se ha convertido en un bien de difícil acceso, los herederos urbanos de fincas reciben propiedades cada vez más pequeñas y fragmentadas, lo que favorece el abandono, según los expertos. «Los herederos, mayoritariamente residentes urbanos, reciben propiedades cada vez más pequeñas y fragmentadas, que resultan poco atractivas para mantener la actividad agrícola o ganadera. Esa desconexión favorece el abandono y multiplica el riesgo de incendios», explica Regino Coca, CEO y fundador de Cocampo.



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