Juicio a un banquero británico que filmó cómo torturaba y mataba a dos prostitutas
El cuerpo de Sumarti Ningsih, de 23 años, estaba en estado de descomposición cuando fue encontrado por la policía en una maleta en el balcón de la vivienda de Jutting. La joven fue torturada durante tres días en el apartamento del sospechoso, que filmó parte de las torturas con la cámara de su teléfono móvil. El cuerpo de la segunda víctima, Seneng Mujiasih, de 29 años, fue encontrado desnudo en la habitación principal y presentaba heridas de cuchillo en el cuello y las nalgas. Según la acusación, Jutting sometió a sus víctimas a «actos crueles de violencia» que implican los juguetes sexuales, alicates, un cinturón de castigo y puños americanos. Además de vídeos con parte de las torturas, entre las pruebas se encuentra otra filmación donde el acusado «confiesa sus fantasías y habla de hacerlas realidad». Su abogado citó palabras de su defendido que declaró: «Definitivamente no podría haberlo hecho sin la cocaína».
Rurik Jutting, banquero de nacionalidad británica, filmó con su teléfono móvil cómo torturaba y mataba a una mujer indonesia de 23 años de edad en macabras sesiones que se extendieron a lo largo de tres días. En el balcón de su apartamento de lujo de Hong Kong, los investigadores encontraron el cuerpo de la joven en una maleta, así como el cadáver de una segunda víctima que presentaba cortes en el cuello.
El cuerpo de Sumarti Ningsih, de 23 años, estaba en estado de descomposición cuando fue encontrado por la policía en una maleta en el balcón de la vivienda de Jutting. La joven fue torturada durante tres días en el apartamento del sospechoso, que filmó parte de las torturas con la cámara de su teléfono móvil. El cuerpo de la segunda víctima, Seneng Mujiasih, de 29 años, fue encontrado desnudo en la habitación principal y presentaba heridas de cuchillo en el cuello y las nalgas. Según la acusación, Jutting sometió a sus víctimas a «actos crueles de violencia» que implican los juguetes sexuales, alicates, un cinturón de castigo y puños americanos. Además de vídeos con parte de las torturas, entre las pruebas se encuentra otra filmación donde el acusado «confiesa sus fantasías y habla de hacerlas realidad». Su abogado citó palabras de su defendido que declaró: «Definitivamente no podría haberlo hecho sin la cocaína».