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Un médico y su amante enfermera asesinan a su propia familia en un hospital italiano

La enfermera Laura Taroni tiene dos hijos y durante la investigación realizada por la policía italiana, los agentes llevaron a cabo escuchas que dieron a conocer los retorcidos planes que la enfermera tenía para su propia familia. El informe policial, que consta de más de 60 páginas, recoge la transcripción del siguiente diálogo: «Si quieres mato también a mis niños. Por ti lo haría», le dice la enfermera a su amante, quien le responde: «No, los niños no». En otra ocasión, la enfermera delata sus actos homicidas alegrándose de haber incinerado los cadáveres de su marido y de su madre: «De la incineración no pueden comprender nada». El marido de Laura Tanorni, Massimo Guerra, un hombre sin problemas de salud, fue encontrado muerto tras sucesivas sobredosis de insulina suministrada por ella que en realidad no necesitaba. Por otro lado, el doctor Leonardo Cazzaniga se consideraba a sí mismo «el ángel de la muerte», un título con el que se enorgullecía de sí mismo incluso delante de otros enfermeros, siendo por todos conocido que suministraba fármacos a pacientes con pocas expectativas de vida para que murieran lo antes posible. El caso, que está conmocionando a la sociedad italiana, parece el guión de ficción de un drama de terror, pero no lo es. En la investigación, que ha durado más de dos años, se implica a otras catorce personas, entre ellas el director sanitario del hospital de Saronno y el director del Servicio de Urgencias. A todos ellos se les acusa por la hipótesis de omisión de denuncia.    

Un médico y su amante enfermera asesinan a su propia familia en un hospital italiano

El médico anestesista de 60 años Leonardo Cazzaniga y su amante, la enfermera Laura Taroni de 40 años, han sido detenidos por homicidio voluntario en el hospital italiano de Saronno, donde ambos trabajaban. Se sospecha que son los culpables de la muerte de al menos cinco personas. Entre las víctimas se encuentran el marido de la enfermera, Massimo Guerra, muerto a los 46 años, y la propia madre de Cazzaniga, quien se oponía a la relación amorosa de su hijo.

La enfermera Laura Taroni tiene dos hijos y durante la investigación realizada por la policía italiana, los agentes llevaron a cabo escuchas que dieron a conocer los retorcidos planes que la enfermera tenía para su propia familia. El informe policial, que consta de más de 60 páginas, recoge la transcripción del siguiente diálogo: «Si quieres mato también a mis niños. Por ti lo haría», le dice la enfermera a su amante, quien le responde: «No, los niños no». En otra ocasión, la enfermera delata sus actos homicidas alegrándose de haber incinerado los cadáveres de su marido y de su madre: «De la incineración no pueden comprender nada». El marido de Laura Tanorni, Massimo Guerra, un hombre sin problemas de salud, fue encontrado muerto tras sucesivas sobredosis de insulina suministrada por ella que en realidad no necesitaba. Por otro lado, el doctor Leonardo Cazzaniga se consideraba a sí mismo «el ángel de la muerte», un título con el que se enorgullecía de sí mismo incluso delante de otros enfermeros, siendo por todos conocido que suministraba fármacos a pacientes con pocas expectativas de vida para que murieran lo antes posible. El caso, que está conmocionando a la sociedad italiana, parece el guión de ficción de un drama de terror, pero no lo es. En la investigación, que ha durado más de dos años, se implica a otras catorce personas, entre ellas el director sanitario del hospital de Saronno y el director del Servicio de Urgencias. A todos ellos se les acusa por la hipótesis de omisión de denuncia.

 

 

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