Ultimátum a Tui para derribar la pirotecnia del dueño del almacén que explotó

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Pontevedra ha dado un mes de plazo al Ayuntamiento de Tui para que derribe la pirotecnia La Gallega, propiedad del dueño del almacén ilegal de material pirotécnico que explotó el pasado mayo y mató a dos personas y destrozó decenas de viviendas. En un auto, el juez concede «un último e improrrogable plazo» a la corporación tudense para que derribe estas instalaciones en la parroquia de Baldrán, y cumpla así una sentencia de hace tres años que la condenaba a realizar esta acción, informa Efe.

El juez recuerda que en mayo de 2017 se instó la ejecución forzosa de aquella sentencia y desde entonces se le han impuesto al alcalde de Tui, Carlos Vázquez Padín, sendas multas coercitivas personales de 300 y 1.500 euros. El magistrado considera que «a estas alturas no puede aceptarse el cronograma» que le ha trasladado el Ayuntamiento para cumplir la sentencia por resultar «demasiado dilatado en el tiempo». Máxime al considerar «el peligro que conlleva para la seguridad pública» la actividad de la pirotecnia, que hace las veces de almacén «de manera clandestina e ilegal», pues carece de las licencias urbanísticas preceptivas.

Abunda en que «dada la urgencia, gravedad y premura del asunto, un mes es tiempo más que suficiente» para la demolición de estas instalaciones, y que no procede darle más margen a los propietarios para que hagan lo propio de forma voluntaria, sino que lo debe hacer directamente la corporación como responsable subsidiaria. A tal efecto, determina que la Policía Local de Tui y la unidad de explosivos de la Guardia Civil tienen 10 días de plazo para entrar en el recinto, ya sea con el permiso de los propietarios o por la fuerza.

Y también especifica que los Tedax trasladarán y eliminarán el material pirotécnico o explosivo que se halle en el interior, paso previo a la demolición de las instalaciones. El dueño de la pirotecnia, Francisco G.L., permanece en prisión provisional desde el pasado mayo, después de comparecer por segunda vez ante el juez al ser descubiertos otros almacenes clandestinos de material pirotécnico similares al que explotó y mató a un matrimonio de origen marroquí, que dejó a dos niños huérfanos. Además, la deflagración, que se sintió a varios kilómetros a la redonda, de unos 1.600 kilos de material pirotécnico, según las estimaciones de la Guardia Civil, hirió a otras 37 personas.