Una joven que había sido declarada muerta en su casa de los suburbios de Detroit (Míchigan, Estados Unidos) ha abierto los ojos en una funeraria cuando estaba a punto de ser embalsamada. «Habrían comenzado a drenar su sangre», ha declarado el abogado de la familia, Geoffrey Fieger.
Lo más importante: tanto la Policía de la ciudad como el cuerpo de bomberos de Southfield han afirmado que han seguido todos los protocolos y procedimientos apropiados. Mientras, las autoridades componentes de Detroit ha ordenado una investigación interna prometiendo el máximo de transparencia en el caso.
El departamento de bomberos de Southfield ha reconocido que el pasado domingo estuvo involucrado en una extraña serie de eventos que comenzó cuando una unidad médica fue llamada a una casa en donde una mujer de 20 años, identificada como Timesha Beauchamp, estaba inconsciente. Los paramédicos intentaron reanimar a la mujer durante 30 minutos y consultaron a un médico de emergencias.
Entonces, el sanitario «declaró a la paciente muerta basándose en la información médica proporcionada» desde el lugar de los hechos. «Dado que no había ninguna indicación de un hecho ilícito, y siguiendo el procedimiento estándar, contactaron a la Oficina del Médico Forense del Condado Oakland, que confirmó el deceso y decidió la entrega del cuerpo a los familiares», ha señalado un comunicado.
A su llegada a la funeraria James H. Cole en Detroit, sin embargo, la joven seguía viva después de una hora. «Nuestro personal confirmó que respiraba» y se ha contactado a un médico para ratificar que no había fallecido.
«Estoy muy dolida. Alguien declaró a mi hija muerta y ni siquiera está muerta», ha lamentado la madre de Beauchamp, Erica Lattimore.
Por su parte, Fieger ha informado que Beauchamp ha sido trasladada a un hospital, donde sobrevive conectada a un ventilador, ignorándose por el momento cuáles fueron las causas del estado letárgico que presentaba y las consecuencias que podría tener el incidente para su salud.