Ocean Ecostructures, la 'startup' que regenera la vida marina, multiplica por diez su tamaño
Sus arrecifes artificiales han generado ya 2,5 toneladas de biomasa y aspiran a instalarse en 20.000 puntos en 2030
Ignasi Ferrer (CEO), Anna Loveras y Mireia de Mas son los fundadores de Ocean Ecostructures, una empresa catalana que a grandes rasgos podría incluirse en el vertical clean tech y estrechando el radar encajaría en la categoría blue tech.
Con sede en Barcelona y fundada en 2018, Ocean Ecostructures desarrolla tecnología para regenerar la vida marina a gran escala. Sus life boosting units (LBU) son una especie de cajas de dos metros por un metro por 30 centímetros que funcionan como arrecife biomimético para crear ecosistemas complejos en poco tiempo.
Traducido, esto significa que en apenas unas semanas desde la instalación de la unidad en un puerto, bajo un generador eólico marino o en una plataforma petrolífera la caja se cubre con una capa de microalgas, en cuatro meses aparecen las macroalgas y en entre seis y diez meses eclosionan estructuras vegetales más complejas, «los llamados arquitectos de vida», explica Ferrer, que ya permiten acoger pequeños peces, crustáceos, erizos, pulpos, morenas e incluso caballitos de mar. «Frente a las 7-12 especies de algas que la pared de un puerto es capaz de albergar, nuestras LBU están cubiertas por hasta 65 especies diferentes», relata el CEO.
El momento oceánico, igual que el momento medioambiental en general, está en la prórroga de un partido que pinta mal para la humanidad. Aunque parezca increíble, las emisiones de CO2 siguen creciendo y los mares no son una excepción al deterioro. Ferrer apunta un dato terrorífico: el ecosistema marino ha perdido un 50% de su biodiversidad y hoy existen 16.000 especies en peligro de extinción.
Esas unidades mágicas, las LBU, no cierran el proceso auspiciado por la startup. Ocean Ecostructures dispone en paralelo de drones marinos con cámaras de alta definición que miden la biodiversidad, la biomasa generada, el CO2 secuestrado y el oxígeno propiciado por esos cuasi arrecifes. Esta información se sube a la nube y la IA ayuda a interpretar los datos y a que el cliente disponga de ellos. Compañías como Red Eléctrica y Holcim más Puerto Banús, los puertos de Barcelona y Tarragona, Port Adriano (Mallorca) o la Marina de Palamós acceden así a la evolución de diferentes variables, a modelos predictivos y a un informe anual de impacto. Además, la app gratuita de la startup barcelonesa permite que cualquiera pueda ver lo que está pasando.
Buen horizonte
En lo que va de 2024, Ocean Ecostructures ha multiplicado por diez su tamaño, ha instalado 205 LBU en aguas españolas, tiene en fabricación otras 600 y abordará en 2025 el proyecto Princess Elisabeth Island, que supondrá el despliegue de 450 LBU en el Mar del Norte. En noviembre de 2023, la empresa levantó una ronda de 1,6 millones con Ship2B Ventures, Inclimo Climate Tech y BStartup (Banco Sabadell). En plantilla cuenta hoy con 19 profesionales y gestiona acuerdos por valor de 2,3 millones.
No habrá ningún clic
Pese a que la sensibilidad de la humanidad crece, y aunque el greenwashing es un pecado frecuente, Ferrer piensa que el avance en la lucha por la preservación del planeta es paulatino, se beneficia de una regulación cada vez más estricta (al menos en Europa) y cuenta con el viento a favor de la propia industria marina, desde los operadores de cruceros y las navieras hasta las compañías energéticas.
«Aspiramos a instalar nuestros LBU en 20.000 puntos de aquí a 2030. Nuestra tecnología tiene un impacto extraordinario, pero sola no es suficiente. Debe combinarse con otras soluciones de descarbonización, con sistemas de pesca más sostenibles, con una reducción drástica de los plásticos. El mar es extremadamente generoso y a la que le damos una oportunidad su capacidad de regeneración es maravillosa».